En los últimos meses África evidenció procesos en conjunto con respecto a la crisis devenida por la Pandemia del Coronavirus, los flagelos que desprende el terrorismo en los principales Estados del continente y las crisis humanitarias que golpean a las sociedades. Para comprender el contexto actual y los desafíos que enfrenta la sociedad el equipo de Escenario Mundial tuvo el honor de hablar con Silvia Perazzo, una especialista de la materia que generosamente nos brindó sus reflexiones en torno a la pandemia por el Covid-19, el terrorismo en el continente, las consecuencias humanitarias de las crisis que enfrentan los países prominentes de la región y que oportunidades y escenarios a futuros se pueden establecer para las sociedades africanas. 

Silvia Perazzo es Magíster en Historia por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina), con especialización en Historia de África Contemporánea. Profesora en grado y postgrado de la Universidad del Salvador y de la Universidad Austral, de la Universidad Nacional de la Matanza y del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González (Argentina). Su línea de investigación son los conflictos armados africanos. Es Presidente de la  Asociación para las Naciones Unidas de la República Argentina (ANU-AR) y miembro del Comité de Asuntos Africanos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

Las reflexiones y la conversación con Silvia Perazzo a continuación: 

Escenario Mundial – La pandemia por el Coronavirus puso en los titulares una urgencia de noticias y remarcó una desigualdad preexistente entre áreas geográficas con respecto a la distribución de los servicios y ahora especialmente con la vacuna. En términos generales ¿qué desafíos enfrentan los principales Estados africanos frente a la enfermedad? 

Silvia Perazzo – En términos generales cuando se habla de África con respecto a la enfermedad se presuponía perspectivas catastróficas, en primer lugar se esperaba que el Covid fuera una terrible emergencia humanitaria, que iban a morir millones de personas y que los débiles y frágiles sistemas de salud no iban a poder hacerle frente a la misma. Ninguna de esas predicciones se cumplieron, África es el continente que menos ha sido golpeado por el Covid-19, entre las razones que explican esto se destacan la población joven, el hecho de que todavía el 50% de la población vive en áreas rurales y más allá de la superpoblación de las megápolis, hay mucha gente dispersa en áreas rurales, estos factores favorecieron a la minimización del impacto de la Pandemia. 

Hay que destacar que África tiene algunas otras enfermedades que son más importantes que el Covid, desde el VIH hasta el Ébola en este contexto la población tiene una resistencia hacia este tipo de enfermedades lo que conlleva a que se tenga consecuencias menores en términos médicos, es decir, más tratables cuando se se lo pone en comparación con la epidemia del Ébola. 

Hay otras realidades humanitarias en África que son a la vista de los gobernantes africanos más importantes que la cuestión del Covid-19 Lo que no refiere que no se haya dado relevancia ya que se replegaron a las restricciones que implicó la pandemia a nivel mundial como es la cuestión del cierre de fronteras, tanto externas como internas, el cese de la actividad de los aeropuertos, suspendieron las clases, las actividades y las aglomeraciones sociales. Se tomaron las medidas de prevención pero en comparación con otros países y en especial el nuestro estas políticas restrictivas fueron en menor duración. 

El ébola fue terrible en África, a nadie le importó porque precisamente fue en África, cuando realmente tuvo importancia para los medios de comunicación occidentales europeos fue cuando se transformó en una amenaza para Europa y los Estados Unidos y cuando esta situación cesó no lo levantaron más. Esta batalla contra la enfermedad duró 5 años y hoy parece haber un panorama alentador con respecto a los avances de los gobiernos para mitigar la enfermedad. 

Con respecto a la cuestión de las vacunas, si los Estados Europeos, Estados Unidos y los propios Estados Latinoamericanos tienen una escasez de activos frente a la crisis a nivel mundial y la falta de estructura farmacéutica para producir las necesarias para conseguir una inmunidad en los mismos. Si se extrapola esta realidad en África, es más compleja y complicada, entre que por un lado no siempre es la prioridad y por otro lado la cuestión financiera y la situación económica de los Estados para afrontar contratos de tal magnitud, los laboratorios priman los Estados de la “primera línea” antes que un contrato con un país africano. 

Las posibilidades que África tenga las vacunas son mínimas este año Con todas las proyecciones inyectadas de optimismo, los especialistas aseguran que entre un 10% y un 20% de la población africana en general y con muchas diferencias entre ciudades y regiones, puede llegar a estar vacunada este año, con lo cual la inmunidad de rebaño que se estipula sería muy difícil de proyectar y alcanzar. 

Lo importante del continente es que se está pensando, quizás en forma mucho más serias de lo que se está proyectando en América Latina, en producir las vacunas en África. Se habla y toma relevancia la iniciativa COVAX y la creación de proyectos locales que lideran Estados como Nigeria, Kenia, Sudáfrica que son considerados los países más importantes del continente, están buscando lograr acuerdos con diversos laboratorios para tratar de producir la vacuna en África. Lo que se está buscando a través de las gestiones más avanzadas de los Estados más golpeados que son los casos de Marruecos y Egipto, de conseguir rápidamente un lote de vacunas. 

“Hay iniciativas muy serias de producir la vacuna en África, creo que eso es una de las cuestiones más importante de destacar de este tema”. 

EM – Si bien el Coronavirus no es la única cuestión importante con respecto a las agendas que encausan los países, quiero centrarme ahora en las noticias sobre terrorismo en África. Recibimos reportes de enfrentamientos en Nigeria contra Boko Haram y atentados de Al Shabab en distintos Estados por mencionar algunos, ¿en qué difiere el terrorismo africano con respecto a los grupos de Medio Oriente? o ¿sólo son cuestiones geográficas y mantienen estructuras, mecánicas compartidas entre ambos?

SP – El terrorismo posee caracteristicas comunes a nivel internacional, pero también tiene ciertos particularismos que tienen que ver con la región, los integrantes, los grupos. El terrorismo mas conocido de Africa, que más prensa tiene, es el de Sahara y el Sahel, tanto como Aqim (Al-Qaeda in the Islamic Maghreb) o el grupo islamico Boko Haram. Otros posibles son las milicias de Al Shabab de Etiopía, o aquellos que prácticamente no se mencionan en la prensa internacional que surgen de conflictos como el de Cabo Delgado al norte de Mozambique. 

Existen ciertas similitudes entre los grupos en el tema de la desterritorialización. Estos grupos no están en un solo lugar, y algunos conflictos como el de República Centroafricana o el de Sudán del Sur que aún persisten y atraviesan las fronteras, ayudan a que diversos grupos terroristas puedan encontrarse entre sí, hallar santuarios, escondites o realizar maniobras. Pese a esto, la capacidad logística y de maniobra es muy parecida a grupos terroristas que se ven en Medio Oriente, como también las amplias capacidades de moverse en el desierto. 

Sin embargo, los grupos africanos tienen diversas diferencias. En primer lugar, puede que los métodos de reclutamiento sean similares, pero quienes acuden son distintos: vastas franjas de la población africana disconformes con la situación económica, o aquellos golpeados por el abandono del estado, se unen a estas milicias yihadistas, mientras que el reclutamiento visto en Medio Oriente incluye también sectores de capas medias o clases medias bajas de otras partes del mundo. A su vez, las armas utilizadas no son tan sofisticadas como en otros lugares del mundo golpeados por grupos terroristas, mas que nada con respecto al terrorismo que se ve en Oriente Medio. 

En segundo lugar, el terrorismo que se desprende en África favorece algunas diferencias como la proliferacion de grupos y grupúsculos que se van desprendiendo de otros más grandes, lo que probablemente tiene mucho que ver con la amplitud de la franja o zona de acción: la “desterritorialización”. Por ejemplo, del grupo Boko Haram se han ido desprendiendo otros grupos más chicos como el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) y el Mushab y de Al-Qaeda in the Islamic Maghreb y el El Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe), que después van cambiando sus alianzas y mezclándose con otros. Estas alianzas y rupturas entre ellos y otros grupos terroristas van y vienen todo el tiempo, lo que dificulta el tratamiento del conflicto y lo transforma en una guerra constante que desangra a los Estados que quieren ocuparse del tema.  

En último lugar, debe destacarse que en muchos Estados africanos donde hay terrorismo existe un perceptible abandono del Estado. Desde la formación del Estado africano, que data de 1960 en adelante en términos globales, hay lugares en donde la acción estatal no ha llegado ni para salud, seguridad, justicia, educación o servicios básicos. El terrorismo cubre esos lugares vacantes, y es allí donde encuentra reclutas y le resulta fácil poder desarrollar su accionar, ya que el control estatal es débil o inexistente. Esto también es una diferencia también con Medio Oriente, y ayuda con la proliferación del terrorismo

EM – Tomando los datos del Centro Africano de Estudios Estratégicos en el 2020 se reportaron 4.958 eventos relacionados con distintos grupos terroristas, un aumento del 43% en 2020 con una tendencia que se mantiene en alza desde el año 2016. ¿Qué balance en términos humanitarios se puede esbozar con respecto a estos datos? ¿Cuál es el perfil de las principales potencias frente a esta situación?

SP – Centenares de secuestrados y la proliferación de la violación como arma de guerra, una herramienta terrible por las secuelas que conlleva para las mujeres y hombres, son moneda corriente en este tipo de grupos, sobre todo en los grupúsculos. En estas ramas del terrorismos, compensan con el terror aquello que no tienen con las armas.

Respecto a las potencias o al interés de diversos Estados en terminar con esta situación, la cuestión es importante y son muchos los involucrados. Sacando Estados como Turquía o Libia, por ejemplo, los más involucrados en la cuestión del terrorismo sobre todo por lo que hacen en la región, son Estados Unidos y Francia.

En base a la AFRICOM, por ejemplo, Estados Unidos aumenta la capacidades de Estados como Etiopía en programas de cooperación militar utilizándolo como “tapón” para neutralizar las milicias Al Shabab que están en Somalia. De hecho, todo el trabajo que Estados Unidos no quiere hacer directamente lo hace a través de Etiopía con convenios de cooperación militar. Cualquiera que vea la aviación o las armas del ejército regular etíope se da cuenta que eso no es precisamente producto del propio desarrollo de la Armada Nacional etíope.

Con Francia sucede algo similar, pero en todo lo que son sus ex colonias de África Occidental y Sahariana. Estados como Níger, Chad, Burkina Faso, Mauritania, Argelia y demás, tienen estos mismos convenios de cooperación militar pero con Francia.

Este país históricamente ha intervenido en los asuntos internos e internacionales de la región, y sigue manejándose allí como una potencia neocolonial. Todavía pueden verse los vínculos coloniales en estos Estados en donde hay una clara diferencia entre los países francófonos, con incidencia de Francia, y anglófonos, donde el Reino Unido influye mayormente. En este sentido, a Francia le interesa especialmente la cuestión del terrorismo, ya que ha puesto su dinero, sus armas y sus efectivos para manejar el problema en esta región, desplegando más de diez operaciones. Una de las últimas es la operación Barkhane en la región del Sahel, como también la promoción del G5 Sahel y diversas misiones de la Unión Europea para el tratamiento de la población civil. De hecho, un paralelo al accionar de Estados Unidos en Etiopía se puede observar con lo que ha hecho Francia en Chad, país con el ejército mejor armado que conduce la lucha contra Boko Haram.

EM – Si bien los 3 ejes anteriores marcan un panorama bastante sombrío con respecto al continente y aprovechando su trayectoria y experiencia con respecto a África en específico. ¿Qué potencialidades de desarrollo en sentido amplio existen en las sociedades africanas de cara al futuro?

SP – Más allá de todo lo que ha dicho antes, África es un continente y no un país, esto parece una estupidez, pero cuando los medios hablan de África lo tratan como a un todo, como si fuera todo lo mismo y no como si fuera un continente. 

El terrorismo es un fenómeno en algunos lugares de Africa, no en geeneral, la verdad es que uno de los continentes que más crece y gran parte de los Estados que avanzan en los índices globales de Estados están en el continente. Muchos Estados crecen más que la media de los estados latinoamericanos, con cualquier índice de crecimiento económico, que sea trasvasado con cuestiones de desarrollo, comparando con países latinoamericanos hay varios estados que los superan. 

África ha experimentado un enorme crecimiento económico que trasvasa la cuestión del desarrollo, sobre todo los últimos 20 años. De este periodo en los primeros diez años se evidenció un crecimiento sin precedentes que se evidenció en términos globales entre el 13% y el 20% anual, hay que destacar que esto no es parejo, países como Nigeria, Ghana, Senegal, Costa de Marfil, Kenia, Sudáfrica,Tanzania, Angola y Mozambique, difieren enormemente con los indicadores e índices que se pueden registrar en Malawi, República Democrática del Congo, en algunos Estados saharianos por supuesto. 

Los procesos a destacar es que África evidenció grandes avances en la lucha para mitigar y controlar la pobreza. Un dato interesante es que el continente ha logrado bajar significativamente los índices de pobreza, entre un 4% y un 7% dependiendo de las regiones. Más de 400 millones de personas dejaron la pobreza extrema y dejaron la pobreza hablando en términos generales ha sido una época de prosperidad económica para África que vale la pena destacar. 

Los índices de Accountability han mejorado en todo el continente africano, el Estado se ha afianzado, hay muchos mejores niveles de gobernabilidad aunque haya problemas de alternancia. En términos de cómo occidente mide la rendición de cuentas, se puede evidenciar cuestiones referidas y se presentan dilemas en torno a los terceros mandatos, la gerontocracia versus la juventud y se ha evidenciado una disminución de los niveles de corrupción de los gobernantes. 

“El afianzamiento del Estado ha servido también para focalizar en la cuestión económica”. 

Otro dato a destacar de África es el Free Trade Agreement, el área de libre comercio continental que tendría que haber entrado en vigor en julio pero por la pandemia se atrasó. Los primeros pasos de la implementación ya están en marcha que establece como objetivo principal revitalizar o vitalizar si se quiere, el comercio interno. Porque el 73% del comercio continental es extracontinental, y no interno, esto se busca revertir para motorizar e impulsar el desarrollo económico de los Estados. 

Teniendo en cuenta el actual comercio internacional, en el cual el 54% del comercio mundial pasa por la Península Malaca y que el continente tiene en ese sentido, vinculos historicos en principal la costa este con la zona del Mar Índico, se puede tomar como una perspectiva y una oportunidad para el futuro de la cuestión económica de los principales países del continente. 

Se debe tener calma y cautela porque si bien se puede proyectar a futuro aún falta mucho y muchas decisiones políticas para lograr objetivos y resultados. Habría que pensar y empezar a proyectar como este “boom económico” se vuelca en la posibilidad de industrialización de los países, que se le pueda otorgar valor agregado a los productos fabricados en los Estados, como se puede generar una capacidad productiva, a la superación de cuestiones de salud, seguridad y de infraestructura básica que África tiene pendiente. Y en definitiva cómo se aprovecha este caudal de inversiones y de crecimiento que se evidencia para invertir en procesos propios africanos. 

Todo este proceso aún es una incógnita, algunos Estados como se mencionó anteriormente, en especial el norte del continente, están tomando decisiones acertadas coherentes con este camino y han crecido muchísimo. Algunos de ellos son los que van a tener probablemente, la capacidad de producir las vacunas en el continente respondiendo a que son los Estados que más crecen de África y que cada vez necesitan menos ayuda externa. Los próximos años son un desafío para ver cómo se desarrolla esto. 

Hay que mirar al continente y Argentina debería mirar a África, porque cuando el mundo mira a África y el sudeste asíatico, Argentina sigue mirando a Europa y a los Estados Unidos. Para los que saben de geopolítica, el mundo pasa por el Índico y el Pacífico. En ese sentido, Argentina debería ampliar sus horizontes.

Agradecemos el trabajo de Valentina Borghi Ponti que transcribió la entrevista.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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