Grupo terrorista: Tehrik-i Taliban Pakistán

Por

Observatorio Universitario de Terrorismo

08/10/2021

Por María Jorgelina Gimenez Ruiz, Nicolás Eduardo Carabajal y Sofia Yamamoto, miembros del Observatorio Universitario de Terrorismo

Pakistán es uno de los países más fuertemente azotados por los atentados terroristas, siendo estos, junto a otras variables, una gran amenaza a su estabilidad y seguridad. Varios son los grupos terroristas activos en la zona que no discriminan en sexo o edad a la hora de establecer sus blancos de ataques.

Características y orígenes

El Movimiento de los Talibanes en Pakistán (TTP en sus siglas en inglés) nació en 2007 bajo el liderazgo de Baitulá Mehsud cuando estaba en el poder el régimen militar liderado por el general Peruez Mushárraf. Desde entonces, la violencia fue evolucionando debido a que han atacado a políticos, militares y policías, líderes de la minoría Chií y escuelas, siendo los colegios para niñas sus principales objetivos (El País, 2014).

El objetivo declarado del TTP es derrocar al gobierno elegido en Pakistán para establecer un emirato basado en su interpretación de la ley islámica (Consejo de Seguridad de la ONU).

Los puntos básicos inicialmente establecidos por la organización fueron: 1. Aplicar la sharia; 2. unirse contra las fuerzas de la coalición en Afganistán; y 3. llevar a cabo la yihad defensiva contra el ejército pakistaní (Jamal & Ahsan, 2015, pág 5). Tehrik-I Taliban Pakistán surgió como organización, en diciembre de 2007 con la intención de aglutinar los recursos de los distintos grupos talibanes y defenderse de los ataques de las tropas del gobierno pakistaní, así como dar su apoyo a los talibanes afganos en su lucha contra las tropas de Estados Unidos y la ISAF (Setas Vilchez, 2014, pág.2).

Luego de la muerte de Baitulá Mehsud, en agosto de 2009, Hakimullah Mehsud pasó a ser el nuevo líder del Movimiento. En 2013, Maulana Fazlullah, pasó al frente del mismo. Diversos autores sostienen que desde que asumió Fazlullah, debido a su falta de liderazgo y junto a otros factores, el mantenimiento del TTP se tornó un desafío (Setas Vilchez C., 2014, pág. 6-7)

Varias facciones se separaron del TTP tras el nombramiento de Mullah Fazlullah, como jefe del grupo militante prohibido. Ya debilitado por sus divisiones internas y la separación de varias facciones y escisiones, el TTP recibió lo que se percibió como un golpe final cuando Pakistán lanzó una operación militar masiva, Zarb-e-Azb, en junio de 2014 (Daud Khattak, 2021).

Sin embargo, luego de la muerte de Mullah Fazlullah, el control de las fuerzas pasó a un nuevo Mehsud. Éste se encargó de la reunificación de TTP e incluso los trasladó hacia una zona en la cual tendrían un acceso más fácil para la región de Waziristán. Gracias a esta acción, el Mehsud obtuvo muchas adhesiones de otras agrupaciones talibanes de la región, incluso desde Al-Qaeda (Daud Khattak, 2021).

En julio y agosto de 2020, un portavoz talibán anunció la fusión del grupo Amjad Farouqi y una facción del Lashkar-e-Jhangvi bajo el mando de Maulvi Khush Muhammad Sindhi, en el TTP. Fue la acción de TTP la que llevó a cabo el ataque terrorista del Domingo de Pascua de febrero de 2016 en Lahore, que mató a unas 75 personas e hirió a unas 350 personas, en su mayoría mujeres y niños (Daud Khattak, 2021).

El TTP ha dirigido sus actividades en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Desde finales de 2007 los talibanes de Pakistán han operado como un potente factor de desestabilización interna y también en alguna medida para su país vecino, Afganistán. La comunicación con Afganistán fue crucial para el reclutamiento de miembros en la organización, incluso esto le permitió subsistir hasta su supuesto fin en 2014.

Uno de los atentados de mayor magnitud en manos de TTP ocurrió en aquel año (2014), donde fue responsable por el ataque a una escuela que provocó la muerte de al menos 148 personas, en su mayoría niños. El grupo lo consideró una venganza por la Operación Zarb-e-Azb del Pakistán en Waziristán septentrional (El Mundo, 2014).

Es necesario destacar que la zona sur de Pakistán, Waziristán era la zona de mayor influencia debido a su cercanía con el país vecino. Aquí, solían ejecutar sus acciones y sus atentados con el fin de reivindicarlos y lograr mayor adhesión de seguidores.

Las fuentes de financiamiento que permiten que Tehrik-e-Taliban continúe con sus actividades son variadas: donaciones (de simpatizantes nacionales e internacionales), actividades ilegales, secuestro por rescate, robo; multas, dinero de extorsión; fondos de otras organizaciones terroristas y explotación de recursos naturales (Sana Jamal and M.Ahsan, 2015, pág.3).

El TTP también ha ampliado sus recursos financieros, y fuentes locales sugieren que el grupo está cobrando impuestos a los contratistas que trabajan en proyectos de desarrollo tales como la construcción de carreteras, escuelas y hospitales en Waziristán y los distritos adyacentes.

Tehrik-i Taliban Pakistán hoy

Seis años después de su derrota, los una vez temidos talibanes paquistaníes han protagonizado un regreso gradual en sus antiguos territorios en Waziristán, la accidentada región tribal que limita con Afganistán, llevando a cabo asesinatos selectivos, atacando a las fuerzas de seguridad pakistaníes, secuestrando a funcionarios del gobierno y recolectando dinero para protección de empresarios locales y contratistas gubernamentales (Khattak, 2021).

El resurgimiento y la reunificación de los talibanes paquistaníes en la región fronteriza entre Pakistán y Afganistán es motivo de profunda preocupación no solo para Pakistán, sino también para Afganistán, India, China y Estados Unidos, que están luchando por poner fin a sus dos décadas de guerra con Afganistán (Khattak, 2021).

Pakistán ganó una dura batalla contra el TTP, sacrificando miles de vidas y sufriendo enormes pérdidas económicas. El regreso de los talibanes no sólo arruinaría esos logros, sino que también dañaría la confianza en el poder estatal que se restableció al derrotar a los talibanes en la región (Khattak, 2021).

Es posible observar cómo estos grupos se readaptan a las nuevas circunstancias al unirse a otras facciones y diversificando sus fuentes de financiación; logrando así obtener los recursos necesarios para continuar con sus objetivos.