Luego de días de incertidumbre, este martes será, en forma virtual, la declaración del expresidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, que enfrenta acusaciones de corrupción derivadas de venta de armas en el año 1999, cuando ejercía el cargo de vicepresidente. Además, desde el pasado 8 de julio cumple una condena de quince meses en la cárcel por desacato, lo que causó días de violentos disturbios y saqueos en toda la nación.

El exmandatario, veterano de la lucha contra el gobierno de la minoría blanca, se desempeñó como presidente de Sudáfrica de 2009 a 2018, lo que le dejó una buena imagen entre parte de la población, a pesar de haber tenido que renunciar. Por lo que, el proceso pautado para comenzar en julio tuvo que ser pospuesto en varias instancias, debido a la gravedad de los incidentes que se produjeron en reclamo a la decisión judicial y a la salud del exmandatario, quien se hospitalizó hace algunos días.

En este sentido, el Departamento de Servicios Correccionales afirmó en un comunicado: “se puede confirmar que el expresidente Jacob Zuma ingresó hoy, 6 de agosto de 2021, en un hospital externo para observación médica“.

Por otra parte, se esperaba que Zuma compareciera ante el tribunal el martes y que estuviera al lado de su equipo legal liderado por el abogado Dali Mpofu SC. Del lado acusador, el fiscal principal de la Autoridad Fiscal Nacional (NPA), el abogado Billy Downer SC, es quien se encarga de liderar su procesamiento por su presunta corrupción en el tráfico de armas.

En adición, el equipo legal del acusado citó los agitados disturbios, así como los estragos de la pandemia de coronavirus entre los motivos para la demora. Argumentaron que el acusado tenía derecho a comparecer en persona durante el juicio. 

Por lo cual, está previsto que Zuma, de 79 años, asista a la reanudación del proceso judicial por corrupción de larga duración el 10 de agosto. La audiencia pública, que será en formato virtual, incluirá una petición formal para retirar los cargos de fraude, corrupción y crimen organizado en su contra. Los cargos se encuentran relacionados con la compra en 1999 de aviones de combate, lanchas patrulleras y equipos de cinco firmas de armas europeas cuando era vicepresidente. Además, se le acusó de aceptar sobornos de una de las empresas, el gigante francés de defensa Thales.

El expresidente en prisión.

El 29 de junio, Jacob fue declarado culpable en el desacato al tribunal. Ello se fundamentó en desobedecer la orden de la Corte Constitucional de testificar ante un panel judicial que llevaba una investigación paralela de corrupción durante su presidencia. Unos días después, compareció para el juicio a través de un enlace de video con el fin de proclamar su inocencia. Empero, sus abogados se quejaron de que el formato en línea era inconstitucional y violaba su derecho a una consulta directa con sus jurisconsultos.

Producto de esta decisión, estallaron protestas contra la situación de Zuma, pero se convirtieron en disturbios y saqueos, con la formación de grupos de vigilantes para proteger la propiedad. Se tuvieron que cerrar las principales carreteras y rutas ferroviarias, mientras que las empresas fueron saqueadas e incendiadas.

Supporters of former South African President Jacob Zuma block the highway with burning tyres during a protest in Peacevale, South Africa. [Rogan Ward/Reuters]

La violencia se convirtió en el peor malestar desde el fin del apartheid, lo que llevó al actual presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, a etiquetarlo como un intento de “insurrección”.

Pero, además, la violencia también fue avivada por la frustración por la persistente alta tasa de desempleo y la desigualdad económica en el país, exacerbada por la pandemia de coronavirus.

Campaña #FreeJacobZuma.

La campaña en respaldo del expresidente decidió no continuar con su reunión en apoyo, quien se suponía que comparecería en el Tribunal Superior de KwaZulu-Natal Pietermaritzburg con Thales para su juicio por corrupción. Empero, se espera que estén pendiente de la audiencia pública que se desarrollará en forma virtual.

La campaña #FreeJacobZuma esperará el resultado de la audiencia para anunciar los planes de movilización pacífica y de protesta por la nueva fecha que se fijará para la aparición física del expresidente Zuma“.

La urgencia por la liberación del presidente Zuma aumentó aún más a la luz de su hospitalización“, añadió el portavoz Carl Niehaus.

Erosión del gobierno nacional.

Si bien el comienzo de la sentencia de prisión de quince meses de Zuma por desacato se desarrolló sin problemas, el camino por delante de uno de los partidos de liberación de África puede ser todo menos fácil. El encarcelamiento abrió una brecha más profunda en el Congreso Nacional Africano, dividido durante mucho tiempo entre los aliados del expresidente y el actual jefe de estado.

Ahora surgen preguntas sobre si la división erosionará aún más el dominio electoral del partido, con la perspectiva de que los partidarios enojados de Zuma puedan alejarse de un partido que, según ellos, lo ha maltratado. A su vez, preocupa el efecto que las disputas internas del ANC podrían tener en un gobierno que lucha contra una serie de desafíos como el desempleo, la tercera ola de por coronavirus, una gran desigualdad y la mala prestación de servicios básicos.

Sin embargo, Tshepo Madlingozi, profesor de derecho en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo afirmó que “Estas batallas internas, no tienen nada que ver con lo que interesa a la mayoría de la gente”. 

Por su parte, el presidente Ramaphosa, de 68 años, es un multimillonario que hizo gran parte de su riqueza en inversiones comerciales durante los clamores posteriores al apartheid por el empoderamiento económico de los negros. Al respecto, sus esfuerzos como mandatario se han centrado en gran medida en restaurar la confianza empresarial en Sudáfrica guiando al país más allá de una era en la que la corrupción puede haber alejado a muchos inversores y perjudicado las perspectivas económicas y los medios de vida de los ciudadanos comunes.

Por su parte, el ANC pareció reconocer su frágil estado, emitiendo un comunicado el jueves en el que elogió a Zuma por entregarse y también enfatizó la importancia del estado de derecho. Por lo cual, no está claro cuán sólido es el apoyo de Zuma en este momento, o si podría representar un desafío real para Ramaphosa en la conferencia nacional electiva del próximo año, donde se elegirá un líder del partido.Las diferentes facciones dentro del ANC a menudo se alinean menos con la ideología y más con la conveniencia política y la supervivencia, dijeron los analistas. Algunos funcionarios y miembros del partido han cambiado las lealtades entre Jacob Zuma y Cyril Ramaphosa, con posiciones dentro del partido y en el gobierno que a menudo actúan como la moneda que determina dónde descansan las lealtades.

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