El máximo responsable militar admitió que la Fuerza Aérea india sufrió bajas durante los combates aéreos de mayo, aunque negó que se hayan perdido seis aviones, como aseguró Islamabad. El jefe del Estado Mayor de Defensa de la India, general Anil Chauhan, reconoció públicamente que el país sufrió pérdidas aéreas durante los enfrentamientos con Pakistán ocurridos el mes pasado. Las declaraciones fueron realizadas en el marco del Diálogo de Shangri-La en Singapur, en una serie de entrevistas concedidas a medios internacionales, entre ellos Reuters y Bloomberg.

Hasta ahora, Nueva Delhi se había mantenido en silencio sobre las afirmaciones pakistaníes respecto al derribo de aviones indios. Islamabad aseguró que al menos cinco aeronaves fueron derribadas en los enfrentamientos del 7 de mayo, cuando la India lanzó una serie de ataques aéreos en represalia por el atentado en Pahalgam, Cachemira administrada por India, que dejó 26 turistas muertos y fue atribuido al grupo armado The Resistance Front, presuntamente vinculado a Lashkar-e-Taiba.

Un conflicto aéreo sin precedentes recientes

El general Chauhan confirmó que “hubo pérdidas aéreas” en el primer día del conflicto, aunque evitó detallar la cantidad de aviones destruidos. “Lo importante es entender por qué se produjeron esas pérdidas y qué hicimos después”, explicó el jefe militar, quien aseguró que tras ajustar las tácticas, la Fuerza Aérea india realizó nuevos ataques profundos el 7, 8 y 10 de mayo, alcanzando bases aéreas en Pakistán “con total impunidad” y ejecutando bombardeos de precisión.

Crédito: Adnan Abidi / Reuters

Pese a esta versión, fuentes del gobierno pakistaní aseguraron a Al Jazeera que, tras las pérdidas, la India no volvió a hacer volar sus cazas en la zona. Mientras tanto, el gobierno indio tildó de “desinformación” los reportes sobre la caída de sus aeronaves, incluso cuando su propio director general de operaciones aéreas, el mariscal AK Bharti, había declarado días antes que “las pérdidas son parte del combate”.

Temores nucleares y la contención estratégica

El intercambio de fuego cruzado a lo largo de la Línea de Control reavivó los temores sobre una posible escalada nuclear. Sin embargo, Chauhan fue tajante al señalar que el conflicto se mantuvo en el plano convencional. “Hay mucho margen antes de cruzar el umbral nuclear. No hubo señales de que eso estuviera cerca”, afirmó, asegurando que “los más racionales en un conflicto están uniformados, porque comprenden las consecuencias”.

Pakistán sostuvo una posición similar. Ambos países afirmaron haber mantenido sus arsenales nucleares fuera del teatro de operaciones, a pesar de que algunos ataques indios habrían tenido como blanco zonas cercanas a instalaciones nucleares pakistaníes.

La sombra de China y su rol indirecto

Consultado sobre la posibilidad de una intervención china a favor de Pakistán, Chauhan negó haber registrado movimientos inusuales en las fronteras del norte. Aunque reconoció que cerca del 80% del armamento pakistaní proviene de China, sostuvo que no hubo evidencia concreta de colaboración directa durante el conflicto.

El protagonismo de los cazas chinos J-10C empleados por la Fuerza Aérea de Pakistán fue notorio. Si bien Beijing no confirmó oficialmente el uso de estas aeronaves, la cadena estatal CCTV celebró en redes que los J-10C habrían tenido su “primera experiencia en combate real”, lo que sugiere su empleo en la reciente batalla aérea.

Consecuencias políticas y demandas internas

La admisión de Chauhan generó reacciones inmediatas en el plano político interno. Mallikarjun Kharge, presidente del opositor Congreso Nacional Indio, exigió una sesión especial del Parlamento para revisar la preparación estratégica del país. “El gobierno de Modi engañó a la nación. La niebla de la guerra comienza a disiparse”, escribió en X, al tiempo que elogió la “valentía incuestionable” de las Fuerzas Armadas.

El analista Michael Kugelman, del South Asia Institute del Wilson Center, sostuvo que si bien el reconocimiento no cambia dramáticamente el curso del conflicto, plantea un interrogante incómodo para Nueva Delhi: “¿Por qué tardó tanto en admitir una pérdida que ya muchos daban por hecha?”.

Según Kugelman, el silencio prolongado de la India dio impulso al relato pakistaní, y obligó a Nueva Delhi a adoptar una postura reactiva. “Reconocer tempranamente las bajas, junto con destacar sus logros tácticos, le habría evitado quedar a la defensiva”, concluyó.

El general Chauhan advirtió finalmente que la India mantendrá una postura de preparación permanente ante nuevos ataques desde territorio pakistaní. “Responderemos con precisión y determinación. Esa será la nueva normalidad”, sentenció.

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Redacción
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