Tras casi 100 horas de enfrentamientos aéreos, ataques con misiles y drones, y una escalada sin precedentes en las tensiones bilaterales, India y Pakistán alcanzaron un acuerdo de alto al fuego con efecto inmediato este sábado 10 de mayo a las 17 horas (hora local india). El entendimiento fue anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de una maratónica ronda de negociaciones nocturnas entre Washington, Nueva Delhi e Islamabad.
El conflicto estalló tras el atentado del 22 de abril en Pahalgam, Jammu y Cachemira, donde 26 personas —en su mayoría turistas hindúes— fueron asesinadas. India atribuyó el ataque a grupos extremistas respaldados por Pakistán, mientras que Islamabad rechazó categóricamente la acusación. En respuesta, Nueva Delhi lanzó el 7 de mayo la “Operación Sindoor”, una serie de bombardeos de precisión sobre infraestructura considerada “terrorista” en Cachemira pakistaní.

La represalia paquistaní no tardó en llegar. En la noche del mismo 7 de mayo, comenzaron una serie de ataques con drones y misiles que se extendieron durante los días siguientes, alcanzando zonas urbanas e instalaciones militares en el norte y oeste de la India. Las cifras preliminares indican al menos 66 civiles fallecidos y decenas de heridos entre ambos países, producto del fuego cruzado, los bombardeos y los derribos de aeronaves.
El Ministerio de Defensa de la India denunció que Pakistán atacó deliberadamente centros urbanos, incluyendo escuelas, hospitales y bases militares en Udhampur, Adampur, Pathankot y Bhuj. Islamabad, por su parte, acusó a India de “agresión no provocada” y reportó la muerte de 11 civiles, entre ellos un niño, además de más de 50 heridos por los bombardeos y la artillería india.
Ambas partes también intercambiaron afirmaciones sobre bajas en sus fuerzas aéreas. India declaró haber derribado un caza F-16 y un JF-17 paquistaní, mientras que Pakistán aseguró haber alcanzado un Rafale francés recién adquirido por la Fuerza Aérea india.

En este contexto de escalada bélica, la posibilidad de una implicancia nuclear —aunque nunca confirmada oficialmente— comenzó a inquietar a la comunidad internacional. Las especulaciones se intensificaron cuando medios paquistaníes reportaron una posible reunión del Comité Nacional de Mando, responsable de las armas nucleares del país, aunque luego fue desmentido por el propio ministro de Defensa.
El acuerdo de cese del fuego fue comunicado primero por Trump a través de la red Truth Social: “Luego de una larga noche de negociaciones mediadas por Estados Unidos, me complace anunciar que India y Pakistán han acordado un ALTO AL FUEGO COMPLETO E INMEDIATO. ¡Felicitaciones a ambos países por usar el sentido común y una gran inteligencia!”
Minutos más tarde, el canciller paquistaní Ishaq Dar confirmó la noticia en la red X (ex Twitter), destacando el compromiso de su país con la paz y la seguridad regional, sin renunciar a su soberanía e integridad territorial. Desde Nueva Delhi, el Ministerio de Asuntos Exteriores indio precisó que el jefe de operaciones del Ejército paquistaní se comunicó con su par indio en la tarde del sábado para pactar el alto al fuego, con una nueva ronda de contacto militar prevista para el 12 de mayo.
Más allá del alivio inmediato, la tregua plantea varios interrogantes sobre la estabilidad estratégica entre dos potencias nucleares con una larga historia de conflictos, especialmente centrados en la región de Cachemira, disputada desde la partición de 1947. El balance de estos días incluye un intenso uso de sistemas antiaéreos indios —como los Akash y la red integrada C-UAS—, el despliegue de drones de combate como los HARPY israelíes y los SONGAR turcos, y un evidente cambio de doctrina táctica con objetivos cada vez más urbanos.
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