La Armada de Estados Unidos ha puesto en marcha una campaña de combate sostenida en el área de operaciones de la Quinta Flota, con el portaaviones USS Truman (CVN 75) a la cabeza, en respuesta a las amenazas de las fuerzas hutíes contra activos militares y comerciales en el Mar Rojo, ofensiva ordenada por el presidente Donald Trump, que tiene como objetivo neutralizar la capacidad del grupo rebelde respaldado por Irán para atacar la navegación internacional.
A diferencia de los ataques previos de represalia, la nueva estrategia contempla una ofensiva prolongada con múltiples rondas de ataques preventivos, debido a que, según funcionarios estadounidenses, incluyen infraestructuras clave de los hutíes en Yemen, como centros de mando y control, lanzadores de misiles y otros activos militares estratégicos.

El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó la expansión de la campaña en el Mar Rojo con el propósito de desmantelar las capacidades ofensivas hutíes, además advirtió que Washington podría atacar activos iraníes directamente, incluyendo el buque de inteligencia MV Behshad, señalado como un elemento clave en la identificación de objetivos para los ataques hutíes.
Ataques aéreos y lanzamiento de misiles por parte de Estados Unidos
En las últimas 24 horas, cazas F/A-18 Super Hornet lanzados desde el portaaviones USS Harry S. Truman (CVN 75) han ejecutado ataques sobre posiciones hutíes en Yemen, junto con el apoyo de otros destructores, que dispararon misiles de crucero RGM-109 Tomahawk contra objetivos estratégicos.

El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó que los ataques dejaron un saldo de 53 combatientes hutíes muertos y 98 heridos, destacando que la ofensiva responde directamente a la reciente escalada de ataques contra buques estadounidenses y comerciales en la región.
Los hutíes contraatacan mientras Estados Unidos evalúa desplegar otro portaaviones
Menos de 24 horas después del inicio de la ofensiva, los hutíes lanzaron un ataque contra el USS Truman, desplegando al menos 10 drones de ataque unidireccional (OWA-UAS), aunque las fuerzas estadounidenses han logrado interceptar estos ataques sin que se reporten daños en sus unidades.
Esta respuesta se produce en un contexto de creciente agresividad por parte del grupo rebelde, que lleva 18 meses atacando la navegación en el Mar Rojo y el estrecho de Bab Al-Mandab, que, desde 2023, han registrado más de 174 intentos de ataque contra la Armada de EE. UU. y 145 contra buques comerciales, algunos de los cuales han sido alcanzados y dañados gravemente.

El presidente Trump dejó clara su postura al afirmar en Truth Social que cualquier disparo hutí será considerado un acto de guerra directamente atribuible a Irán, advirtiendo que “Irán será responsable y sufrirá las consecuencias, y esas consecuencias serán nefastas”.
Dado el rápido deterioro de la situación, Washington evalúa el posible despliegue de refuerzos en la región, considerando el despliegue del grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford (CVN 78), actualmente en fase de preparación, que podría ser movilizado a la zona si la situación continúa escalando.
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