Los recurrentes golpes de estado en África muestran un patrón sin precedentes

El reciente golpe de Estado en Gabón el 30 de agosto se suma a una serie de eventos similares en África en los últimos tres años, siendo el noveno en la región. Países como Burkina Faso y Mali han experimentado dos levantamientos cada uno, mientras que Chad, Guinea-Conakri, Sudán y Níger también han enfrentado situaciones similares. Además, ha habido intentos fallidos en Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe y República Centroafricana.

El estudio “Golpes africanos en la era COVID-19: una historia actual“, publicado en marzo de 2023, argumenta que los países africanos que han experimentado golpes de Estado en estos años son principalmente naciones con altos niveles de pobreza, una historia reciente de golpes de Estado y desafíos continuos en su proceso de consolidación democrática. Además, el estudio sugiere que los conflictos insurgentes de naturaleza islamista pueden haber contribuido a la ocurrencia de golpes de Estado en África occidental, pero no necesariamente en otras partes del continente.

La Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (ECOWAS) expresó su intención el 10 de agosto de desplegar una fuerza regional para restaurar el orden constitucional, pero también abogó por una solución diplomática. Mientras tanto, los militares en Níger propusieron un período de transición de hasta “tres años” antes de devolver el poder a los civiles.

Es evidente que el cóctel de corrupción y pobreza ha motivado a los militares a intervenir y poner fin a gobiernos que han permanecido en el poder durante largos períodos, con el propósito de gestionar y distribuir de manera más justa los recursos naturales. Sin embargo, estas acciones han sido condenadas por la comunidad internacional, a pesar de que se trataba de derrocamientos de gobiernos considerados cleptócratas y violadores de los derechos humanos, que, en realidad, estaban alineados con los intereses económicos de las ex potencias coloniales europeas que históricamente colonizaron el continente africano.

La influencia de Francia en el continente

Notablemente, todos estos países tienen en común su pasado colonial bajo el dominio francés, lo que plantea interrogantes sobre la relación entre estas naciones y Francia, así como el papel que Francia podría haber desempeñado en estos eventos.

La influencia francesa en estas excolonias ha sido significativamente “intrusiva” en comparación con otras naciones coloniales, como el Reino Unido. A pesar de que la independencia política se concedió a estas naciones africanas en la década de 1960, sus economías y recursos continuaron bajo la influencia y el control de Francia. Un ejemplo de esto es la persistencia del franco CFA, la moneda utilizada en siete de los nueve países francófonos de África Occidental, incluyendo Gabón, que obtuvo su independencia en 1960 y aún utiliza esta moneda creada por Francia en 1945 (véase también: ¿Cuáles son las razones detrás de los golpes de Estado en las naciones que fueron colonias francesas?). 

Esta relación económica tenía la ventaja de mantener la estabilidad económica en estos países al mantener tasas de cambio estables, lo que beneficiaba a las excolonias. Sin embargo, también implicaba que Francia y otras potencias occidentales tenían un control significativo sobre la economía de estos países, lo que algunos consideran como un neocolonialismo económico.

A su vez, Francia ha mantenido una influencia significativa en sus excolonias africanas en lo que respecta a los recursos naturales. Muchas de estas naciones dependen en gran medida de la exportación de petróleo, gas, minerales y productos agrícolas para sus ingresos económicos. Francia ha mantenido acuerdos comerciales que a menudo han sido criticados por no ser equitativos, favoreciendo la exportación de recursos hacia el mercado francés. Además, ha habido intervenciones en los asuntos internos de estas naciones para proteger los intereses económicos y políticos de Francia, a veces apoyando gobiernos autoritarios o participando en conflictos militares.

¿Qué actores internacionales se benefician de esta inestabilidad?

Aunque la situación varía según el país y la región, muchos ciudadanos han expresado su apoyo a los militares como una respuesta al descontento con regímenes vistos como corruptos y apoyados en parte por intereses occidentales. Esto ha llevado a una revisión de las relaciones con Francia y, en algunos casos, a un acercamiento a otras potencias, como Rusia.

A pesar de las críticas y condenas internacionales, estos golpes de Estado en África representan un desafío para el statu quo, donde hoy se favorece a gobiernos locales corruptos en beneficio de las potencias occidentales. Además, la creciente presencia de Rusia y China en el continente africano está dando a las naciones africanas opciones alternativas y empoderándolas para romper con el modelo de desarrollo neocolonial. En última instancia, estos eventos demuestran la necesidad de una gobernanza global más inclusiva y representativa, como se propone en los BRICS+, para permitir a los africanos construir condiciones de vida más dignas.

La persistencia de la inseguridad en la región del Sahel, donde se han producido la mayoría de estos golpes de Estado, plantea desafíos adicionales, ya que los gobiernos han aumentado sus presupuestos de Defensa en medio de la inestabilidad. Aunque no hay soluciones simples para estos problemas, algunos analistas sugieren que se necesita una transición civil y democrática en lugar de cúpulas militares, y se aboga por enfoques no violentos para abordar la inestabilidad política en la región.

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