En el día de ayer la policía de Nicaragua irrumpió sorpresivamente en la casa de Christiana Chamorro Barrios, y la puso bajo arresto domiciliario. Chamorro es vista como la candidata más firme de la alianza de partidos opositores que busca unirse para derrotar a Daniel Ortega en las elecciones de noviembre.

La policía irrumpió sorpresivamente en la residencia y trató con violencia a familiares y periodistas que intentaban grabar el allanamiento. Chamorro afirmó que no sufrió violencia física pero que los uniformados revolvieron la casa y le informaron que era detenida en su casa y desde ese momento no podía tener comunicación alguna con sus allegados o familiares.

Tan sólo un día antes de estos hechos la justicia nicaragüense había abierto una causa contra Chamorro por lavado de dinero, pidiendo su inhabilitación como candidata presidencial. El inicio del proceso judicial se basa en supuestas maniobras que la ONG que presiden Chamorro junto a sus hermanos realizó.

Chamorro, asimismo, es la hija de la expresidenta Violeta Chamorro Barrios Torres, la primera mujer en ser electa mandataria en la historia del continente americano en el año 1990, y vicepresidenta del diario opositor La Prensa, que ha sufrido los embates contra la libertad de expresión del gobierno.

En tanto Daniel Ortega, quien durante décadas fue guerrillero del Frente Sandinista para la Liberación Nacional, cercano a Fidel Castro, había sido electo en 2005 en elecciones libres como presidente constitucional del país.

Fue reelecto por amplios márgenes en las elecciones de 2011 y 2016, siendo estas últimas fraudulentas y sin observadores internacionales. Fue tomando medidas cada vez más autoritarias, que devinieron en masivas protestas contra su gobierno, y una crisis política.

Ortega denunció que detrás de las manifestaciones se encontraba Estados Unidos, y negó que haya persecuciones a opositores. Lo cierto es que las demostraciones opositoras fueron severamente reprimidas con un saldo lamentable de 300 muertos y 2000 heridos según un reporte de Naciones Unidas.

Muchos han denunciado el creciente autoritarismo que ha llevado a Nicaragua a una situación tanto o más autoritaria que durante el régimen de Somoza.

Ortega también había sido acusado de violación por su hijastra, Zoilamérica Narváez, quien denunció que fue abusada sexualmente desde los 11 años por su padrastro. Tras su denuncia y debido a la persecución del régimen, Narváez ha tenido que exiliarse en Costa Rica, convirtiéndose en un ícono de la lucha contra el autoritarismo.

La medida del Ministerio Público Fiscal del país, bajo control del régimen de Ortega, fue denunciada como un intento para proscribir a Chamorro por diversas organizaciones nacionales e internacionales, destacándose el Centro Nicaragüense por los Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos.

Líderes extranjeros también cuestionaron la detención. Entre ellos, el secretario de Estado del gobierno de Joe Biden, Antony Blinken, afirmó en Twitter que Ortega teme una elección libre y justa, y que los hechos ocurridos en el día de ayer no generarán elecciones transparentes.

Lo cierto es que en Nicaragua se avecinan jornadas de tensión en miras a unas elecciones presidenciales que lamentablemente, todo indica que serán fraudulentas nuevamente, con la disolución de dos partidos políticos opositores y la detención de Chamarro, así como una nueva ley electoral que fuera objetada por la ONU recientemente.

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Brian Zini
Licenciado en Relaciones Internacionales con beca de la Universidad Torcuato di Tella con beca por mérito académico. Voluntario de Asuntos Públicos en CIPPEC.

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