Camino a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) con fecha en noviembre de 2021, este jueves 22 (Día de la Tierra) y viernes 23 de abril, se desarrollará en formato virtual, una Cumbre de Líderes Mundiales sobre el Clima. Con invitación del Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, asistirán a la misma 40 jefes de Estado, entre los cuales 17 de ellos representan el 80% de las emisiones que precipitan el cambio climático. Representando a  Latinoamérica, participarán solamente Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México. Vladimir Putin y Xi Jinping, mandatarios de Rusia y China respectivamente, fueron invitados también. 

En miras de fortalecer el eje del medioambiente, importante para el gobierno demócrata, los norteamericanos buscarán cooperar con las diferentes potencias en la lucha contra el cambio climático. De esta manera, por medio del Special Presidential Envoy for Climate [Enviado Presidencial Especial para el Clima], John Kerry, se han llevado a cabo esfuerzos diplomáticos para que las principales economías responsables de la contaminación mundial, reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero que vienen incrementando las temperaturas globales. En palabras del mismo, “This is an unbelievable monument – the climate crisis – to the need for multilateralism[Este es un monumento increíble – la crisis climática – a la necesidad del multilateralismo]. 

Con tal motivo, los estadounidenses tratarán de conectar los temas ambientas con nuevas tecnologías y puestos de empleo, remarcando las condiciones de países más vulnerados en cuestión de recursos. En este sentido, el presidente estadounidense ya viene esbozando un borrador de orden ejecutiva, titulado “Riesgo financiero relacionado con el clima”, en el que se plantea como objetivo regular a las empresas en términos de riesgos que se relacionen con el clima; la idea es que dichas entidades consideren los riesgos climáticos en sus gestiones. 

Los anhelados objetivos

El 22 de Abril, Día de la Tierra, los asistentes a la Cumbre Virtual deberán reflexionar sobre los actuales problemas que afectan al suelo común del género humano, tales como la contaminación, el incremento de la población y la extinción de la biodiversidad. En este marco, el foro multilateral enfatizará la necesidad de reducir el calentamiento global de 2°C por encima de los niveles industriales, a 1,5°C para poder evitar el deterioro del clima. Por tal motivo, los países deberán esmerarse para limitar su contaminación y así estabilizar el ambiente.

A su vez, se subrayará la importancia de colaborar con los países vulnerables tanto como para que el impacto del cambio climático no resulte negativo, como para guiarlas en la implementación de economías limpias. Se buscará además, innovar en tecnologías y establecer nuevos trabajos.

Oportunidad para los Estados Unidos

Más allá de la agenda ambiental, Estados Unidos busca mediante esta cumbre volver a posicionarse como líder global. Pese a la reincorporación norteamericana (país con mayores emisiones de CO2 del mundo), decretada el primer día del mandato de Biden, al Acuerdo de París de 2015, la complicación de este asunto viene dada por el hecho de que el resto de los gobiernos (miembros también del acuerdo climático) desconfían de este rol por parte de Washington, luego de las políticas llevadas adelante por la Administración Trump. 

Tal es así que Estados Unidos se encuentra ahora, frente a la oportunidad de tomar la delantera en el desafío del cambio climático. El Secretario de Estado, Antony Blinken, ha remarcado que el país debe liderar el impulso para “capitalize on the greatest opportunity to create quality jobs in generations” [capitalizar la mayor oportunidad de crear empleos de calidad en generaciones]. Sumo además que, “Addressing climate change offers one of the most powerful tools we have to fight inequity and systemic racism” [Abordar el cambio climático ofrece una de las herramientas más poderosas que tenemos para luchar contra la desigualdad y el racismo sistémico]. Desmanteladas las regulaciones ambientales en el período de Trump, se espera que el anfitrión de la cumbre proponga una actualización de la reducción de las emisiones para combatir la crisis climática. Esto se debe a la presión ejercida hacia el Presidente por empresas y grupos ambientalistas, entre ellos Google, Apple y Waltmart, quienes buscan consolidar un objetivo de limitación de emisiones para el 2030, en consonancia con las políticas climáticas que tiene la actual administración. 

En la agenda climática ambiciosa de Biden, aparece el relevante American Jobs Plan, un plan de infraestructura que tiene por objetivo reorientar a los Estados Unidos hacia una economía sostenible de energía limpia que desacelere el cambio climático. De convertirse en ley, el plan pasaría a ser considerado uno de los mayores compromisos federales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. 

China se suma a la diplomacia de Biden

Tras numerosas conversaciones entre los funcionarios encargados de los asuntos climáticos, John Kerry por Estados Unidos y Xie Zhenzua por China, el gobierno de la República Popular anunció que participará de la Cumbre sobre el Clima, junto al resto de los países invitados. 

La llegada de Kerry a China, fue la primera visita realizada de un miembro del gobierno de los Estados Unidos, lo cual deja entrever la posibilidad de que ambas potencias se comprometan a trabajar juntas para hacer frente a los desastres climáticos. Así lo expresaron en un Comunicado Conjunto ambos enviados especiales, indicando que tanto China, como los Estados Unidos, “están comprometidos a cooperar entre sí y con otros países para abordar la crisis climática con la seriedad y urgencia que exige”.

En efecto, se abren diversas vías de cooperación entre las dos economías más grandes del mundo, quienes representan al menos la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero. La inmediatez de la urgencia vuelve necesaria la conclusión de acciones multilaterales más rígidas, que disminuyan la brecha entre los compromisos de los diferentes regímenes y las prácticas efectivamente cumplidas. En el acuerdo alcanzado por Kerry y Zhenzua, los dos países esenciales para frenar el cambio climático establecieron fortalecer “their respective actions and cooperating in multilateral processes, including the United Nations Framework Convention on Climate Change and the Paris Agreement” [sus respectivas acciones y la cooperación en los procesos multilaterales, incluida la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París].

Las inquietudes en América Latina

La región de Latinoamérica aumenta su preocupación frente a los efectos de los desastres naturales que implica el avance del cambio climático, tales como inundaciones, sequías y huracanes. Además, la actual economía de estos países depende de actividades que se consideran destructivas como ser la agricultura, la producción de petróleo y gas, la minería y la tala. En consecuencia, los acuerdos sobre clima son percibidos como instancias complejas para los regímenes latinoamericanos. A continuación, un breve análisis de las tres economías más grandes de Latinoamérica. 

México

Con una reducción del 22% de emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030, México se constituye hoy en el mayor responsable de estas emisiones en la región de América Latina. Aun así, todavía no se han desarrollado nuevos objetivos para la reducción de los contaminantes. Sin embargo, por medio del United States – Mexico – Canada Agreement – USMCA (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, en español) el país se encuentra comprometido en temas ambientales para proteger la vida silvestre. 

En el marco del programa Sembrando Vida que busca dar respuesta a la degradación ambiental, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, propondrá un acuerdo migratorio entre los países pertenecientes a Norteamérica y a Centroamérica, para que se puedan obtener visas de trabajo temporales en los Estados Unidos. 

Brasil

El país en manos de Jair Bolsonaro representa el séptimo productor de gases de efecto invernadero. Pero la clave se encuentra en el Amazonas, selva tropical que se viene destruyendo de forma desmedida. En este sentido, si bien las tensiones entre Brasil y Estados Unidos habían aumentado cuando Biden advirtió sobre las consecuencias de no frenar la deforestación ilegal y por otro lado, desde Bolsonaro priorizó el desarrollo económico pasando por alto las regulaciones ambientales, en los últimos días, este último prometió poner fin a la misma para 2030. 

En palabras del mandatario brasileño, “Reitero o compromisso do Brasil e do meu governo com os esforços internacionais de proteção do meio ambiente, combate à mudança do clima e promoção do desenvolvimento sustentável. Teremos enorme satisfação em trabalhar com V. Excelência em todos esses objetivos comuns” [Reitero el compromiso de Brasil y de mi gobierno con los esfuerzos internacionales para proteger el medio ambiente, combatir el cambio climático y promover el desarrollo sostenible. Estaremos sumamente complacidos de trabajar con ustedes por la excelencia en todos estos objetivos comunes].

Argentina

La tercera economía más grande, después de Brasil y de México, representa un actor relevante en el desafío del cambio climático. Por medio de la Ley 27.191, titulada “Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica” y sancionada en el año 2015, Argentina busca alcanzar una contribución de las fuentes renovables de energía hasta alcanzar el 20% del consumo de energía eléctrica nacional, para fines del 2025. En este sentido, a fines de 2021 el país debería lograr por lo menos el 16% del total del consumo propio de energía eléctrica. 

No hay que perder de vista que en estos últimos días, más de 100 organizaciones ambientales, solicitaron al presidente argentino que se empeñe en concretar medidas más solidas para abordar la crisis climáticas. Se espera del Jefe de Estado que se comprometa a reestructurar la deuda externa a través de políticas climáticas, lo que devendría en beneficios no solo para el país, sino también para la región y el mundo en general. Importante para la ocasión es el hecho de que el Presidente Alberto Fernández, sostuvo en una sesión de la Cumbre de Adaptación Climática durante febrero de 2021, que “es necesario que exista un mayor compromiso por parte de los países desarrollados en la provisión de recursos técnicos y financieros”. Enfatizó además, la oportunidad que representa el cambio climático para actuar colectivamente como comunidad internacional, por medio de lazos solidarios. De esta forma, la Argentina también se sumará a la Cumbre a desarrollarse jueves y viernes, con el objetivo de generar iniciativas y compromisos entre los diversos mandatarios.

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Micaela Capellino
studiante avanzada de Lic. en Relaciones Internacionales (UNR) - Miembro del Grupo de Estudios sobre China y Argentina (UNR) - Miembro de AIESEC en Rosario.

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