EE.UU. vetó este el 4 de junio una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto al fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza, en medio del agravamiento de la crisis humanitaria en el enclave palestino. La iniciativa, respaldada por los diez miembros no permanentes del Consejo, incluidos países como Argelia, Grecia y Panamá, obtuvo 14 votos a favor y solo el voto en contra de EE.UU., cuyo poder de veto impidió su aprobación.
El veto de EE.UU. refuerza su alineamiento estratégico con Israel
El rechazo de EE.UU. a la resolución del Consejo de Seguridad pone de manifiesto, una vez más, su alianza inquebrantable con Israel. Mientras 14 de los 15 miembros del órgano votaron a favor de un alto al fuego inmediato y permanente en Gaza, Washington fue el único país en oponerse. La representante estadounidense, Dorothy Shea, argumentó que el texto era “inaceptable” porque no condenaba explícitamente a Hamás ni vinculaba el cese de hostilidades con la liberación de los rehenes israelíes.

La decisión de EE.UU. ha sido duramente cuestionada por otros miembros del Consejo, como China, que acusó a Washington de proteger a Israel a pesar de sus repetidas violaciones al derecho internacional humanitario. Organismos de derechos humanos y representantes de Naciones Unidas también criticaron el rol estadounidense en el bloqueo de ayuda humanitaria y en la militarización del sistema de distribución, que ha dejado decenas de muertos en las últimas semanas.
Cruz Roja advierte que la situación en Gaza es “peor que el infierno en la Tierra”
La presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, advirtió que la situación en Gaza “ha superado cualquier estándar aceptable, legal, moral y humano”, y que hoy el enclave es “peor que el infierno en la Tierra”. La organización humanitaria, que cuenta con más de 160 años de trayectoria y actúa como custodio de los Convenios de Ginebra, ha señalado que los principios fundamentales del derecho internacional humanitario están siendo ignorados por todas las partes involucradas.

Desde el hospital quirúrgico que el CICR mantiene en Rafah, sus equipos médicos han atendido a centenares de heridos y reportaron escenas de “carnicería total” tras ataques durante la distribución de ayuda humanitaria. La organización, que no participa en el nuevo sistema liderado por EE.UU. e Israel, alertó que se está obligando a miles de personas hambrientas a transitar zonas de guerra activas para poder acceder a comida, violando principios básicos de protección a la población civil.
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