Estados Unidos anunció planes para mejorar significativamente el centro de operaciones marítimas del Ejército filipino en el Mar de China Meridional, en lo que constituye una nueva apuesta geoestratégica en un punto de fricción creciente con China. Se trata de la base Naval Detachment Oyster Bay, ubicada en la bahía de Ulugan, en la isla de Palawan, una posición clave para la logística y la proyección de fuerza de Filipinas en áreas en disputa como el banco de arena Second Thomas Shoal.
Según un comunicado del gobierno estadounidense, el proyecto de renovación —con fondos estimados entre 1 y 5 millones de dólares— incluirá la construcción de una instalación de mantenimiento y reparación de embarcaciones, dotada con una grúa pórtico móvil de 5 toneladas para movilizar lanchas de hasta 24 pies, además de dos salas multifunción para almacenamiento o coordinación operativa. También se prevén mejoras en la rampa de lanzamiento de botes, actualmente inadecuada para operar con eficacia.

La medida se inscribe en una serie de iniciativas estadounidenses para fortalecer la capacidad defensiva filipina frente a la intensificación de las actividades marítimas chinas. En los últimos años, embarcaciones civiles contratadas por el gobierno filipino, junto a buques de la Guardia Costera y del Buró de Pesca, han sido blanco de embestidas y ataques con cañones de agua por parte de fuerzas chinas, provocando averías estructurales y pérdida de capacidad operativa.
La base de Oyster Bay, donde operan patrulleros navales, lanchas rápidas y recursos logísticos del Cuerpo de Infantería de Marina filipino, ha sido epicentro de varias misiones de reabastecimiento a la BRP Sierra Madre (LT-57), un buque encallado en el banco de arena Second Thomas Shoal que Filipinas utiliza como puesto de avanzada. En 2023, un operativo desde esta base culminó con un enfrentamiento directo entre la Guardia Costera china y buzos tácticos filipinos, uno de los cuales perdió un dedo en el choque.
Durante la última década, Manila ha intensificado el desarrollo de la infraestructura en Oyster Bay. Desde 2020 se construyó un muelle de gran tamaño para buques anfibios y, entre 2022 y 2024, imágenes satelitales revelaron la instalación de bunkers y la presencia de nuevas lanchas de asalto. En paralelo, Filipinas incorporó dos patrulleros de la clase Cyclone donados por Estados Unidos —el BRP Valentín Díaz (PS 177) y el BRP Ladislao Diwa (PS 178)— que continúan operando desde la base.

Además del soporte logístico, EE.UU. también proporcionó a Filipinas vehículos de superficie no tripulados —cuatro T-12 MANTAS y un T-38 Devil Ray— para ampliar las capacidades de vigilancia marítima, y mantiene activo al Task Force Ayungin, una unidad de asesoramiento técnico centrada en operaciones alrededor del Second Thomas Shoal.
Este nuevo proyecto no forma parte de los nueve sitios identificados en el marco del Acuerdo de Cooperación Reforzada para la Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés) de 2014, lo que indica una expansión deliberada de la cooperación más allá de los marcos previamente establecidos. En paralelo, el Pentágono planea inaugurar un gran depósito logístico en 2026 en la zona franca de Clark o en la base naval de Subic Bay, reforzando la presencia estadounidense en la región.
Con esta inversión, Washington busca no solo reforzar las capacidades operativas de su aliado en el sudeste asiático, sino también enviar un mensaje estratégico claro frente al creciente asertivismo chino en el Mar de China Meridional, una región atravesada por reclamaciones superpuestas, rutas comerciales vitales y escenarios de fricción militar.
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