El gasto militar global crece de manera histórica. Esta tendencia responde al aumento sostenido de conflictos como la guerra en Ucrania y desestabilización en Europa, la escalada de violencia en Medio Oriente y la creciente rivalidad estratégica entre las principales potencias globales, como Estados Unidos, China y Rusia. En 2024, el gasto mundial alcanzó los 2718 mil millones de dólares, lo que supone un aumento del 9,4% en términos reales respecto a 2023, marcando el incremento interanual más pronunciado desde, al menos, el fin de la Guerra Fría.
El avance sostenido de Europa y la OTAN por incrementar su gasto militar
El gasto militar en Europa (incluida Rusia) subió un 17% en 2024, alcanzando los 693 mil millones de dólares, siendo el principal motor del incremento global. Todos los países europeos, salvo Malta, aumentaron su presupuesto militar. Alemania destacó con un aumento del 28%, alcanzando los 88,5 mil millones de dólares y convirtiéndose en el mayor inversor militar de Europa Occidental. Polonia también registró un crecimiento significativo del 31%. Este fuerte incremento radica principalmente en la prolongación de la guerra en Ucrania y a las políticas de rearme adoptadas por numerosos gobiernos europeos, en un contexto de creciente inestabilidad y competencia geopolítica.

El gasto militar de la OTAN sigue en ascenso, impulsado por la amenaza rusa y la incertidumbre interna dentro de la alianza. En 2024, el gasto conjunto de los 32 miembros de la OTAN alcanzó los 1506 mil millones de dólares, representando el 55% del gasto militar global. De ellos, 18 países lograron destinar al menos el 2% de su PBI a defensa, el mayor número desde que se estableció esa meta en 2014. Estados Unidos sigue siendo el principal contribuyente, con 997 mil millones de dólares, equivalentes al 66% del gasto total de la alianza y al 37% del gasto militar mundial.
Medio Oriente, el conflicto a la orden del día
El gasto militar en Oriente Medio registró un fuerte aumento en 2024, impulsado por los conflictos regionales y la intensificación de las tensiones. El gasto total alcanzó los 243 mil millones de dólares, un incremento del 15% respecto al año anterior y un 19% más que en 2015. Aunque se esperaba un crecimiento generalizado en la región, los mayores aumentos se concentraron en Israel y Líbano. Israel incrementó su gasto militar en un 65%, llegando a los 46,5 mil millones de dólares, el mayor aumento anual desde la Guerra de los Seis Días en 1967.

A su vez, Líbano elevó su presupuesto militar un 58%, luego de varios años de restricciones debido a la crisis económica y la inestabilidad política. Sin embargo, no todos los países de la región lograron aumentar su gasto de manera significativa. A pesar de su implicación en conflictos regionales y el respaldo a actores armados, Irán redujo su gasto militar en un 10%, hasta los 7,9 mil millones de dólares, principalmente por el impacto de las sanciones económicas. Por su parte, Arabia Saudita, el emblema militar de Oriente Medio, incrementó su presupuesto solo un 1,5%, alcanzando los 80,3 mil millones de dólares, cifra que sigue siendo un 20% inferior a la de 2015.
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