En línea con la tendencia armamentista que domina al mundo, EE.UU. anunció invertirá 946 mil millones de dólares en su arsenal nuclear en la próxima década. Según el informe bianual de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicado el 24 de abril, los costos totales de operaciones, mantenimiento y modernización previstos para el período 2025-2034 alcanzan un promedio anual de 95 mil millones de dólares. En comparación con el informe de 2023, los costos se incrementaron en un 25 por ciento, lo que representa un aumento de 190 mil millones de dólares.
¿A qué se dedicará el incremento presupuestario en armamento nuclear?
El presupuesto proyectado se distribuye en varias áreas clave. Unos 357 mil millones de dólares estarán destinados a operar y mantener las fuerzas nucleares actuales y futuras, así como otras actividades de apoyo. Además, se invertirán 309 mil millones de dólares en la modernización de los sistemas de lanzamiento nucleares estratégicos y tácticos, junto con las armas que transportan. Para la modernización de las instalaciones y el equipamiento de los laboratorios del complejo nuclear estadounidense, se asignarán 72 mil millones de dólares.

Asimismo, se destinarán 79 mil millones de dólares a la actualización de los sistemas de comando, control, comunicaciones y alerta temprana. Finalmente, se contemplan 129 mil millones de dólares adicionales para cubrir eventuales sobrecostos respecto a lo presupuestado inicialmente, basándose en estimaciones de crecimiento histórico de los costos. Mientras que las demás partidas responden a planes definidos por el Departamento de Defensa (DoD) y el Departamento de Energía (DoE), esta última cifra corresponde a un cálculo independiente realizado por la CBO.
Motivaciones detrás del refuerzo del arsenal nuclear
EE.UU. está fortaleciendo su arsenal nuclear en un contexto de creciente incertidumbre estratégica y tecnológica. Aunque el presidente Trump manifestó en febrero 2025 oposición a construir nuevas armas nucleares y criticó los altos costos de mantenimiento del arsenal, su promesa de aumentar el presupuesto de defensa a un billón de dólares para el año fiscal 2026 se ve complicada por la magnitud de las mencionadas inversiones.

Hasta el momento no se ha definido una estrategia nuclear clara ni se han designado los altos funcionarios responsables de implementarla. Esta falta de dirección estratégica ocurre mientras los programas nucleares vigentes, impulsados por el Pentágono y el DoE, continúan avanzando para garantizar que Washington mantenga una capacidad de disuasión robusta frente a la competencia geopolítica y los posibles sobrecostos históricos de este tipo de programas
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