La Unión Europea se encuentra aunando esfuerzos para lograr que las importaciones de gas natural licuado de Estados Unidos cumplan con las normas de emisiones de metano que el bloque pretende. Además, el bloque busca quedar por fuera de los aranceles previstos por la administración de Trump, dado que la energía podría formar parte de un acuerdo comercial “más amplio”. 

Si bien no existen detalles sobre cómo podrían evitarse estas sanciones, es un hecho que Trump ha criticado a la UE por sus políticas energéticas. Puntualmente, el mandatario ha declarado en repetidas ocasiones que el bloque debe “comprar más petróleo y gas” a Washington para reducir su superávit comercial. Este camino es una alternativa viable, más aún considerando la importancia para Europa de abandonar las importaciones de gas ruso.

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Pero el principal impedimento para cerrar estos acuerdos es el porcentaje de metano que posee el gas natural licuado estadounidense, motivo por el cual la UE se encuentra buscando flexibilizar la aplicación de sus normativas existentes. No obstante, esta decisión también acarrea desafíos: evitar que se debilite la legislación actual. 

Cabe recordar que el metano es un potente gas de efecto invernadero, denominado como la segunda causa del cambio climático después de las emisiones de dióxido de carbono. Por ello, la UE comenzó a exigir a los importadores de petróleo y gas a Europa que controlen y notifiquen las emisiones de metano asociadas al comercio.

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Sin embargo, las concesiones que la UE está dispuesta a hacer para importar el gas estadounidense también enfrenta otras trabas. Puntualmente, Trump planea eliminar la normativa estadounidense vigente que obliga a los productores de gas a informar sobre sus emisiones de metano. Esto, sin dudas, dificultará aún más al bloque justificar su compra. 

Por lo pronto, Washington ya se posiciona como el mayor proveedor de gas natural licuado de la UE, aumentando sus entregas después de que el bloque decidiera dejar de importar gas de Rusia. En cifras exactas, Estados Unidos suministró el año pasado el 45% de las importaciones de la UE. Y si bien la ley de metano de la UE podría dar ventajas al gas natural licuado estadounidense, los desafíos por superar complican aún más el panorama energético del bloque. 

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Redacción
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