Irán ha transferido misiles de largo alcance a sus grupos aliados en Irak, desafiando los intentos de desescalada impulsados por Estados Unidos y en vísperas de una nueva ronda de negociaciones nucleares entre Teherán y Washington. La operación, reportada por The Times of London y confirmada por fuentes de inteligencia regionales, representa una maniobra crítica de la República Islámica para preservar su red de influencia conocida como el “Eje de la Resistencia”, en un contexto geopolítico cada vez más volátil.

Según el informe, la Guardia Revolucionaria iraní entregó misiles balísticos Jamal 69 y misiles de crucero Quds 351, además de otros vectores capaces de alcanzar objetivos en Europa. Es la primera vez que estos sistemas de armas avanzados son proporcionados a las milicias separatistas proiraníes en Irak, lo que representa una escalada significativa en la capacidad ofensiva de estos actores no estatales.

En esta combinación de imágenes, el presidente Donald Trump, izquierda, habla en una sesión conjunta del Congreso en el Capitolio, en Washington, el 4 de marzo de 2025, y un folleto del Líder Supremo, el ayatolá Ali Jamenei, en una ceremonia en Teherán Irán, el 8 de marzo de 2025. (AP Foto/Ben Curtis – Oficina del Líder Supremo Iraní vía AP)

Este despliegue ocurre pocos días antes del esperado encuentro bilateral entre Irán y Estados Unidos en Omán, donde se discutirán posibles avenidas para retomar un acuerdo nuclear, en medio de advertencias explícitas del presidente Donald Trump sobre eventuales bombardeos si Teherán no cede en sus aspiraciones atómicas.

Mientras tanto, la percepción de que ciertas milicias proiraníes en Irak habrían accedido a desarmarse —informada inicialmente por Reuters— ha sido desmentida por múltiples fuentes regionales. Diplomáticos consultados por The Times aseguraron que esta narrativa es una “estrategia de distracción”, y que en realidad las entregas de armamento continúan, alimentadas por el temor de perder el control sobre grupos armados clave.

El trasfondo político en Irak también es cada vez más complejo. Crece el rechazo interno a la figura de una “milicia dentro del Estado”, a la manera de Hezbollah en Líbano. “Hay una discusión activa entre políticos y en redes sociales sobre no importar los problemas de Irán al territorio iraquí”, indicó una fuente diplomática regional. La preocupación principal gira en torno a evitar que Irak se convierta en un satélite más del proyecto expansionista de Teherán.

Analistas citados por The Times vinculan la entrega de misiles al esfuerzo de Irán por recomponer su red de aliados tras un año particularmente adverso. A la guerra en Gaza entre Israel y Hamás se sumaron ataques casi diarios de Hezbollah al norte israelí, además del derrocamiento del presidente sirio Bashar al-Asad en diciembre, debilitando significativamente el eje proiraní en la región.

El accionar directo de Irán tampoco ha pasado desapercibido. En 2024, el régimen lanzó dos ataques directos con cientos de misiles y drones contra Israel, hechos sin precedentes que motivaron duras represalias israelíes, presuntamente dirigidas a infraestructuras críticas de defensa aérea y producción de misiles de la República Islámica.

Además, milicias proiraníes en Irak y Siria han estado involucradas en múltiples agresiones a fuerzas estadounidenses en la región. Un ataque con dron en Jordania en enero de 2024 dejó tres soldados estadounidenses muertos y decenas de heridos. En respuesta, la administración de Joe Biden —aún en funciones en ese momento— ordenó bombardeos masivos contra instalaciones vinculadas a Kataeb Hezbollah y otras facciones, eliminando incluso a altos comandantes.

En este clima, los aliados de Irán en Irak habían accedido temporalmente a reducir las hostilidades, por recomendación directa del comandante de la Fuerza Quds. Sin embargo, con el retorno de Trump al poder en enero de 2025 y la reactivación de su política de “máxima presión”, el escenario parece encaminarse nuevamente hacia una confrontación directa.

Trump ha reiterado que “habrá bombardeos” si Irán no accede a un acuerdo, mientras que el Departamento de Estado advierte que “Teherán pagará un alto precio” si se mantiene en su curso actual. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue informado sobre las negociaciones en Washington, aunque no se le ofrecieron garantías respecto a sus exigencias de desmantelamiento completo del programa nuclear iraní.

Actualmente, Irán ya posee cantidades significativas de uranio enriquecido al 60%, un nivel técnico muy próximo al necesario para la fabricación de armas nucleares, superando con creces lo requerido para un uso civil. Pese a las declaraciones oficiales iraníes contra el uso militar de la energía atómica, los organismos internacionales advierten que el país está a un paso de convertirse en una potencia nuclear de facto.

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Fuente: The Times of London, The Times of Israel, Reuters, AFP

Redacción
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