Pocas semanas atrás, los principales medios de comunicación latinoamericanos transmitieron con asombro la noticia de la brutal emboscada y el asesinato a tiros de tres carabineros que se encontraban patrullando La Araucanía, en la región de Biobío. Como si eso no hubiese sido suficiente, tras quitarles la vida, la patrulla policial fue prendida fuego con los agentes en el interior de la misma. El ataque fue calificado por el presidente de Chile, Gabriel Boric, como un “cobarde atentado” y señaló que no descansarán hasta dar con el paradero de los autores de este terrible crimen.
Pese a tratarse de algo sin precedente alguno en el país, la situación en aquella región de Chile data de diversos episodios que van desde atentados, incendios de viviendas e iglesias, como así también ataques armados y emboscadas por parte de grupos radicales mapuches que, desde hace décadas, siembran temor en aquellas tierras obligando a la población de la zona a convivir en estas preocupantes circunstancias.
Es por este motivo que muchas personas ligadas al tema hablan del existente conflicto ancestral que engloba a tres principales actores: el gobierno, los pueblos originarios que reivindican las tierras –muchas veces representados por las organizaciones mapuches de carácter más radical- y, por último, los grandes empresarios decididos a explotar los recursos de naturales de la zona.
La Macrozona Sur chilena, en la mira de las autoridades
La Macrozona Sur de Chile –como le llaman al área donde sucedió este trágico episodio- se caracteriza por ser una región en “estado de excepción” Constitucional desde el año 2022, esto quiere decir que allí se ve gravemente afectado el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado. Como consecuencia de esto, la presencia de las Fuerzas Armadas de Chile a fin de patrullar las principales rutas en el área mencionada, pasa a ser de carácter necesario al tratarse de una zona en donde la línea entre los ataques armados, el tráfico de drogas, el robo de recursos naturales como la madera y -nada más ni nada menos que- las bandas delictivas vinculadas al crimen organizado es cada día más difusa, además de las decenas de ataques o actos de vandalismo que, tanto las fuerzas de seguridad como la población civil, han sufrido en aquella región.