En un contexto internacional de crecientes tensiones y realineamientos geopolíticos, la relación entre China y Rusia adquirió una relevancia significativa. La reunión entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo Vladimir Putin el 4 de febrero de 2022, justo antes de la invasión rusa en Ucrania, marcó un hito histórico que destacó la naturaleza de esta alianza.

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En este sentido, un análisis realizado por el medio China Power explora las fortalezas clave que impulsan esta relación y su impacto en la política internacional. En primer lugar, la base de la relación entre China y Rusia radica en el mutuo respeto y la adaptación a los intereses fundamentales de ambas naciones.

Apoyo a los intereses fundamentales de China

Para el gigante asiático, esto implica el respaldo de Rusia a su sistema político autoritario, la no oposición a sus reclamaciones territoriales, y la colaboración para mantener la estabilidad en su periferia. La cooperación ha sido particularmente evidente en asuntos como Taiwán, Hong Kong, y las disputas en el Mar de China Meridional, donde Rusia respaldó las políticas de Beijing.

Además, la colaboración en la resolución de disputas fronterizas y la cooperación en organizaciones como la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) fortalecieron la seguridad y estabilidad en la periferia compartida. Este respaldo mutuo es lo que permitió que ambas naciones se vean como socios estratégicos en lugar de competidores, y liberó recursos chinos para atender otras preocupaciones en su periferia.

La relación personal de Vladimir Putin y Xi Jinping

En segundo lugar, la estrecha relación personal entre Xi Jinping y Vladimir Putin fue uno de los factores clave que impulsó la cooperación entre ambos países. El apoyo político de alto nivel, destacado por las numerosas reuniones entre los líderes y las expresiones públicas de amistad, permitió una convergencia estratégica a pesar de las diferencias en niveles inferiores. Esta relación personal llevó a Rusia a respaldar prioridades clave de Xi, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta y la Iniciativa de Desarrollo Global de China.

Un objetivo común

Por otra parte, China y Rusia comparten un objetivo común: Expandir su influencia a nivel mundial, contrarrestando la dominancia percibida de Estados Unidos y sus aliados democráticos. Ambos países desconfían de un orden internacional liderado por Estados Unidos y fueron críticos en reiteradas ocasiones de las acciones occidentales en organizaciones internacionales como las Naciones Unidas. La cooperación en foros internacionales, campañas de desinformación y enfoques similares hacia la democracia y los derechos humanos refuerzan su posición como actores globales alternativos.

Cooperación militar y comercial

En cuarto lugar, la cooperación militar también fue un pilar esencial de la relación bilateral. Desde las ventas de armas rusas a China en las décadas de 1990 y 2000 hasta los ejercicios militares conjuntos más recientes, Rusia ha contribuido significativamente al desarrollo del Ejército Popular de Liberación (EPL). A través de compras de armas, tecnología militar compartida y ejercicios conjuntos, Rusia ha contribuido al fortalecimiento del poder militar chino, proporcionando una ventaja estratégica en un contexto global.

Del mismo modo, el comercio entre China y Rusia experimentó un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas, con un énfasis significativo en productos energéticos. Llegando a representar las importaciones chinas de petróleo, carbón y gas ruso una parte sustancial de sus necesidades energéticas. Esta complementariedad económica fortalece la posición de Rusia como proveedor clave.

Fuente: China Power

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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