La estrategia a largo plazo de Beijing se vería significativamente beneficiada por las políticas del candidato y las divisiones que generarían.

Reflexionar sobre el mundo antes de la presidencia de Donald Trump en enero de 2017 revela una imagen sorprendente. En aquel momento, la percepción de Beijing como una amenaza para la seguridad global no era tan generalizada en Washington. La idea de imponer aranceles a las importaciones europeas parecía inconcebible, y los controles sobre las exportaciones de tecnología, que habían estado en desuso desde el final de la Guerra Fría, eran un tema que solo interesaba a un pequeño grupo de expertos en políticas.

Trump indudablemente dejó una huella en el mundo, especialmente en lo que respecta a las relaciones entre Estados Unidos y China. Dada la retórica hostil de Trump hacia Beijing, es comprensible pensar que los líderes chinos preferirían al actual presidente estadounidense, Joe Biden, en lugar de a Trump, quien probablemente será el candidato del Partido Republicano.

Sin embargo, esta perspectiva podría ser estrecha y pasar por alto el panorama más amplio. Es muy probable que China esté respaldando a Trump. Beijing comprende que no hay esperanzas de mejorar sus lazos con Washington, ya sea bajo el liderazgo de Trump, Biden o cualquier otro presidente estadounidense. Desde la perspectiva de su estrategia a largo plazo frente a Occidente, la reelección de Trump en la Casa Blanca podría ser beneficiosa para China, al menos en términos económicos. Aquí hay cinco razones.

  1. Trump podría profundizar las divisiones entre Estados Unidos y Europa.

El objetivo de China es fomentar la desconfianza entre Estados Unidos y Europa para evitar que se desarrollen políticas transatlánticas que perjudiquen sus intereses, como los controles conjuntos de exportaciones. Desde esta perspectiva, una segunda presidencia de Trump jugaría a favor de China. Trump podría reiniciar las guerras comerciales con Europa, lo que a su vez interrumpiría la cooperación entre Estados Unidos y la UE en medidas que podrían dañar los intereses chinos.

  1. Trump podría revertir las sanciones contra Rusia.

La inclinación de Trump hacia el presidente ruso Vladimir Putin podría llevarlo a levantar las sanciones a Rusia, lo que beneficiaría tanto a Moscú como a Beijing. Si Trump elimina las sanciones, las empresas chinas podrían sentirse más seguras al hacer negocios con Rusia.

  1. Trump podría impulsar la búsqueda de alternativas financieras a Occidente.

China ha estado trabajando para desarrollar mecanismos financieros alternativos que le permitan sortear las sanciones estadounidenses. Una segunda presidencia de Trump podría acelerar este proceso, ya que muchos países buscarían protegerse ante posibles sanciones imprevistas.

  1. Trump podría aumentar la influencia de China en el suministro de materias primas.

La retórica de Trump hacia las economías en desarrollo podría alejar a estos países de asociarse con Estados Unidos para el suministro de materias primas críticas. Esto beneficiaría a China, que ya es líder en muchas de estas áreas.

  1. Trump podría favorecer los controles estadounidenses a las exportaciones de tecnología limpia.

Las restricciones a las exportaciones de tecnología limpia podrían impulsar a China a fortalecer su propio desarrollo en este campo, lo que le daría una ventaja competitiva en el mercado global.

Es por esto que, aunque hay otras consideraciones más allá de la economía, una segunda presidencia de Trump podría ser vista desde China como una oportunidad para beneficiarse del caos y las divisiones en Estados Unidos, así como para fortalecer su posición en el escenario internacional.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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