La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, ha decidido ajustar sus políticas climáticas en respuesta a las protestas de agricultores en todo el continente. Una de las medidas notables es la reconsideración de un plan para reducir a la mitad el uso de pesticidas, además de excluir al sector agrícola de un riguroso calendario de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% antes de 2040.
El Comisario de Agricultura de la UE, Janusz Wojciechowski, expresó su satisfacción por estos cambios, argumentando que imponer restricciones directas a los agricultores no sería “totalmente justo”. Abogó por proporcionar más subvenciones financieras al sector como incentivo para adoptar prácticas agrícolas más ecológicas.
A pesar de los cambios, la UE mantiene su objetivo de ser neutra en carbono para 2050 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030. Sin embargo, las modificaciones en las políticas climáticas plantean interrogantes sobre la viabilidad de alcanzar estos objetivos ambiciosos.
Estos ajustes coinciden con la proximidad de las elecciones parlamentarias de junio, donde se espera que partidos de extrema derecha y marginales ganen más representación en el Parlamento Europeo. El tema agrícola, surgido a raíz de las protestas, se vislumbra como uno de los pocos asuntos paneuropeos en juego durante la competición electoral.