La semana pasada se oficializó el tercer mandato de Xi Jinping como presidente de China, lo que consolida su control y le convierte en el jefe de Estado que más tiempo lleva en el cargo desde su fundación en 1949.

Xi fue reelegido presidente por otros cinco años por el poder legislativo chino en una votación ceremonial celebrada en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, un ejercicio coreografiado de teatro político destinado a demostrar la legitimidad y la unidad de la élite gobernante.

Recibió 2.952 votos por unanimidad y fue ovacionado.

El nuevo nombramiento de Xi, lo transformó en el líder más poderoso de China en décadas que ya se había asegurado un tercer mandato al frente del Partido Comunista Chino el año pasado.

Desde Escenario Mundial tuvimos el honor de conversar con Gonzalo Fiore Viani miembro del Centro de Estudios La Franja y la Ruta, de la Universidad Católica de Córdoba, sobre este nuevo mandato, la relación con Estados Unidos y con Argentina. A continuación la entrevista completa:

Escenario Mundial: ¿Crees que este nuevo mandato cambiará la relación actual entre China y Estados Unidos? ¿Cómo afectará esto al equilibrio global de poder? ¿Se puede esperar algo nuevo?

Gonzalo Fiore Viani: Considero que, por un lado, está claro que este mandato representa una consolidación del poder de Xi Jinping, como no tuvo ninguno de sus antecesores. Ya está claramente no solo porque su pensamiento se agregó a la Constitución, sino por toda su impronta y su peso propio a la altura histórica de otros dirigentes del Partido Comunista Chino como Mao o como Deng y en ese sentido Xi Jinping ya está en un nivel y en una consolidación de poder que no tiene competencia. Por eso es mucho más poderoso Xi Jinping que cualquier presidente de los Estados Unidos, que por su puesto en un sistema democrático liberal occidental tiene otras particularidades y otras formas de manejar el poder. 

En ese sentido, China tiene “una ventaja” de que no tiene que rendir demasiadas cuentas a otros poderes, pero sí a la población, eso se vio en los últimos meses con la marcha atrás de la política del Covid Cero. Que China no sea una democracia liberal occidental no significa que su gobierno no tenga que rendir cuentas a su población para poder legitimarse y poder sostenerse. 

Creo que no va a haber un gran cambio en la relación China Estados Unidos, creo que va a seguir el contexto de competencia. El mismo está signado no solo por la guerra comercial, sino hasta por cuestiones ideológicas, está signado por distintos conflictos y la cuestión latente de Taiwán. Es decir que esto no va a cambiar demasiado y yo no esperaría muchas cosas nuevas, más bien esperaría que esto continúe y quizás se vaya profundizando con el correr del tiempo. Es importante estar atentos a la cuestión Taiwán y si existe algún cambio o su sucede algo en este punto crucial para la relación de ambos.

EM: ¿Qué consideraciones se pueden esbozar sobre el rol de China en la guerra en Ucrania y cómo esta puede afectar la relación con Rusia?

GFV: China en el último tiempo ha hecho movimientos interesantes, inclusive con la presentación del “Plan de Paz” que me parece que ha sido una iniciativa muy buena, en la misma línea que el plan que esbozó Brasil, ambos miembros de los BRICS, no me parece que sea casualidad y es interesante ver cómo se desarrollan. 

La relación con Rusia está bien, ya venía muy bien antes de la guerra, si se recuerda ambos países firmaron una alianza “total”. No veo un escenario donde China participe más activamente. Blinken hace algunas semanas había dicho que Pekín podría enviar armamento y Zelenski tomó esto y advirtió que la intromisión de China directamente en el conflicto lo transformaría en mundial, yo opino que nada de eso va a pasar. A China no le conviene que continúe el conflicto, esto le afecta directamente al crecimiento del país, lo que necesita Xi es una economía mundial expansiva y no un contexto de contracción de la misma. 

No veo como a China le puede convenir que se prolongue el conflicto y por eso se generan las iniciativas en pos de buscar la paz y de terminar de alguna manera la guerra y sentar a ambas partes a negociar. 

Esto de ninguna manera va a afectar su relación con Rusia porque por supuesto son socios estratégicos en este nuevo esquema de Orden Mundial Multipolar. Donde se puede estar discutiendo el orden global si está cambiando o no, pero claramente hay un viraje del poder de occidente a un bloque “euroasiático” en el cual China y Rusia son los principales exponentes.

EM: ¿Cuál es tu opinión sobre el papel que jugará China en América Latina en los próximos años? ¿Cómo podría influir esto en la política y la economía de la región?

GFV: Claramente, China va a seguir siendo uno de los principales socios comerciales de América Latina, todavía, por supuesto, por detrás de los Estados Unidos, y en materia de inversiones se lo podría posicionar por detrás de la Unión Europea. China plantea una mirada estratégica importantísima en la región, especialmente en algunos países, pero si se refuerza su presencia en general. 

Políticamente, no va a influir demasiado en tanto y en cuanto no haya acercamientos en materias o ámbitos que vaya a “molestar” a los Estados Unidos, como por ejemplo alianzas militares. Al no ver ese tipo de vínculos con los países de la región, no va a existir una molestia expresa con Washington. Si se puede recrudecer la guerra comercial, si se puede recrudecer la cuestión del 5G, pero mientras en esas cuestiones China no sea un obstáculo para la Casa Blanca no va a haber grandes consecuencias políticas. Considero que América Latina en ese ámbito tiene cierta libertad de acción y margen para trabajar. 

EM: ¿Qué pensás sobre la decisión del presidente de Brasil de priorizar el acuerdo comercial con la Unión Europea antes que un acuerdo con el Mercosur y China? ¿Consideras que esto podría afectar las relaciones económicas entre Brasil y China en el futuro?

GFV: Creo que Lula está teniendo una política diplomática de acercamiento a Occidente, en el sentido de volver a poner a Brasil en el mapa y en la discusión global. Así se puede leer el apoyo de todos los presidentes como Macron, Biden, Scholz, entre otros dirigentes europeos, cuando fue el intento de toma de las instituciones en Brasil el pasado mes. También la estrategia se expresa con el viaje de Lula a la Casa Blanca, siendo recibido por Biden en el salón Oval. 

Todo esto lo muestra al flamante presidente como un líder de peso, como un interlocutor elegido por el bloque occidental en América Latina y también por las propias características personales de su liderazgo y además por lo que representa Brasil en términos económicos y políticos. 

En ese sentido, está claro que hay un acercamiento de Lula hacia el bloque occidental. Pero de todas maneras Brasil sigue siendo parte de los BRICS, Dilma va a ser presidente del Banco del BRICS con el apoyo de China, Es decir que el vínculo con China continua, y de ninguna manera pareciera que se está erosionando con estos movimientos de Lula. Brasil sigue teniendo en China un socio comercial importantísimo, está dentro de su top de socios. Estas cuestiones no van a cambiar. 

Si puede existir roces por alguna idea de reindustrializar Brasil y por eso se acerca a los Estados Unidos para colocar sus productos manufacturados porque China no le compra los mismos, ya que Brasil exporta son sobre todo de productos primarios hacia el país asiático.

EM: ¿Cuáles son tus proyecciones para la relación entre Argentina y China, teniendo en cuenta el crecimiento exponencial en la demanda de minerales como el litio?

GFV: Gran parte de las empresas que exportan litio en las provincias del norte son de capitales chinos, existen capitales canadienses y por supuesto de los Estados Unidos. La relación con China va a seguir porque hoy es el segundo socio comercial de Argentina, por momentos ha llegado a ser el primero. 

De todas maneras sigue presentando un desafío inmenso que es la cuestión de la existencia de una balanza comercial extremadamente desfavorable para el país, donde hay un déficit grande y este aumenta aún más cuando vemos los productos con valor agregado. En ese sentido, Argentina exporta prácticamente materia prima a China e importa productos manufacturados. 

Ahí se produce una relación que se puede catalogar como una del estilo “centro-periferia” pero con otras características. Las inversiones del Estado asiático, el ingreso de Argentino a la Franja y la Ruta, la promesa de mayor inversión y mayor desembolso a todo lo que tiene que ver con los SWAPS y todo lo relativo a la diplomacia económica financiera de China hacia Argentina, tienen un impacto interesante en el desarrollo económico, productivo y tecnológico del país. 

El desafío está del lado Argentino en el sentido de poder aplicar políticas de Estado que vayan a la línea de aprovechar esta situación. Los elementos están y la relación bilateral es muy auspiciosa entre ambos y hoy Argentina no puede pensar en un desarrollo a largo plazo sin fortalecer y mantener los vínculos con China. De ninguna manera hay un escenario donde el país pueda desarrollarse o suponer en reformar su estructura productiva, tecnológica, económica, etc. sin una relación fluida y sin profundizar el vínculo con China por su puesto, teniendo en cuenta los desafíos que se presentaron al principio de la respuesta.   

Gonzalo Fiore Viani: abogado, magister en Relaciones Internacionales, y actualmente se encuentra en proceso de finalización de tesis doctoral en Relaciones Internacionales con una beca del CONICET sobre los efectos en el desarrollo argentino de la relación con la República Popular China. A su vez, es profesor titular en las licenciaturas de Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac de Queretaro, México, y en la Universidad Blas Pascal de Córdoba, Argentina. También dicta cursos de posgrado en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y cuenta con una profusa actividad tanto de divulgación cómo académica. Es miembro del Centro de Estudios La Franja y la Ruta, de la Universidad Católica de Córdoba.

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Redacción
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1 COMENTARIO

  1. Hay profundizar relaciones con quién nos ayuda, en este caso china. Venderle Litio al tío Sam para que vivan haciendonos juicios por plata que “debemos” no sirve, digo ¿qué beneficio tenemos de esa relación?…Además la plata fugada regresó al tío Sam y sus amigos, ¿entonces cómo es la cosa?…

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