El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, arribó el pasado martes a Bruselas en lo que significa, entre otras cuestiones, la intención del Mercosur y la Unión Europea de retomarán el diálogo para poner en marcha el acuerdo comercial que se anunció en 2019 pero que nunca se implementó. En este sentido, el diplomático argentino mantuvo una reunión con el Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en pos de avanzar con esa agenda, mientras que también hizo especial hincapié en el pacto verde que aparece hoy como la mayor dificultad para acercar posiciones.

En este sentido, fuentes del Gobierno anticiparon al medio argentino, Ámbito, que en la gira de Cafiero “se repasará el estado de situación del pacto Mercosur-Unión Europea y se buscará avanzar en los temas pendientes de resolución”. Sobre este punto, en la Cancillería aclararon que es necesario “identificar una estrategia que permita avanzar en un convenio equilibrado que implique beneficios para ambos bloques, en un contexto internacional de incertidumbre creciente y de reconfiguración de las cadenas de valor”.

Asimetrías a considerar

Tanto el Gobierno argentino, como los demás países de la región, consideran que el nuevo escenario internacional – atravesado por las consecuencias de la pandemia Covid – 19 y la invasión rusa en Ucrania – abre nuevas oportunidades concretas para la región “como proveedores confiables de alimentos, energía y minerales estratégicos”. Ya que, a partir de la disparada de los precios de los productos primarios, la escasez de insumos claves y la relocalización de las cadenas de suministro, se modificaron de forma sustancial las condiciones del comercio internacional, y las conversaciones entre bloques que parecían truncas, se reactivaron y aceleraron.

Sin embargo, en las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur, la principal dificultad que encuentran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay actualmente es el Pacto Verde. El tratado en cuestión posee objetivos en materia ambiental pero dejaría a casi todos los rubros de la producción local sudamericana imposibilitados de acceder al mercado europeo, mientras que los bienes industriales del Viejo Continente tendrían vía libre para ingresar al Mercosur. Marcando de esta manera las asimetrías, que en lugar de reducirse se acelerarán.

Uruguay’s President Luis Lacalle Pou and Brazil’s President Luiz Inacio Lula da Silva pose after a news conference, in Montevideo, Uruguay, January 25, 2023. REUTERS/Mariana Greif

El papel de Lula

Pese a ello, desde el Gobierno argentino confían en que el cambio de signo político en Brasil – con la retorno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva – pueda colaborar y asumir el liderazgo a la hora de retomar el diálogo por el acuerdo comercial con Europa. Un signo de ello es el hecho de que, durante su primera visita a Uruguay, el mandatario brasileño le remarcó a su par, Luis Lacalle Pou, que viene forzando una “flexibilización” del Mercosur, que antes de pensar en avanzar en un acuerdo de libre comercio con China, el bloque debe poner en funcionamiento el pacto trunco con la Unión Europea.

Fuente: Ámbito.

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Redacción
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