Cerrado el año 2022, es posible reflexionar que estuvo atravesado por una serie de conflictos armados en diversas regiones, y al cual se le suma el reciente desarrollo de la guerra en Ucrania. A partir de esto, pensar en el escenario del 2023, remite a las siguientes preguntas: ¿las principales potencias, ¿irán a la guerra o romperán un tabú nuclear de casi 80 años?, ¿las crisis políticas, las dificultades económicas y el colapso climático causará un colapso social no solo en países individuales sino en una franja del mundo? En este sentido las respuestas en el peor de los casos a las grandes preguntas de este año parecen inimaginables, pero después de los últimos años, particularmente del 2022, no resulta imposible pensar en cualquier posibilidad; es por ello que el medio, Foreign Policy Magazine, realizó un listado resumido de los principales conflictos que a tener en cuenta este año 2023. 

UCRANIA

La guerra que comenzó con la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, hasta ahora, poco sugiere que desde Kiev o Moscú retrocedan. En este sentido, los ucranianos ven cada nuevo ataque como una razón más para luchar, mientras que por otra parte, en Rusia, la propaganda y la opresión disuaden a la oposición que aclama por finalizar la guerra.

Esto deja entrever que ninguna de las partes posee un interés por entablar conversaciones de paz. Ucrania es reacia a ceder tierras, y Moscú, a pesar de decir que está abierto a la diplomacia, todavía exige que Kiev “recapacite”, rechazado al gobierno ucraniano que cataloga como nazis controlados por occidente. 

La guerra se está estancando, lo que permite dudar respecto a cuánto tiempo más durará. Excavado, ambos lados sondean en busca de aberturas para avanzar poco a poco. Rusia espera que el frío invernal y los altos precios de la gasolina, provocados por el corte de suministros de los hidrocarburos rusos hacia los países europeos occidentales, ejerzan influencia sobre los europeos para dejar de apoyar a Ucrania, pero lo concreto es que la unidad occidental hasta ahora muestra pocas grietas. 

El escenario probablemente más catastrófico refiere a una escalada potencialmente nuclear entre la OTAN y Rusia, tanto Moscú como las capitales occidentales se han esforzado durante años por evitar enfrentamientos directos. Un ataque nuclear serviría de poco para fines militares y podría desencadenar precisamente la participación directa de la OTAN que Moscú espera evitar. 

Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad, particularmente si Vladimir Putin siente que se le está escapando el control del poder. De hecho, la guerra ha creado probablemente el mayor riesgo de confrontación nuclear en 60 años, y también prepara el escenario para lo que podría ser un largo enfrentamiento. 

ARMENIA Y AZERBAIYÁN

El impacto de este enfrentamiento ha sido especialmente agudo en el sur del Cáucaso. Dos años después de su última guerra por Nagorno-Karabaj, Armenia y Azerbaiyán parecen encaminarse hacia otra confrontación, sumado a que las tribulaciones de Rusia en Ucrania lograron alterar los cálculos en la región.

En este sentido, una nueva guerra sería más corta pero no menos dramática que el conflicto de seis semanas que tuvo lugar en el año 2020. En esa guerra, en la que murieron más de 7.000 soldados, las fuerzas azerbaiyanas expulsaron a los armenios de partes del enclave de Nagorno-Karabaj y áreas cercanas, las cuales han estado en manos de las fuerzas armenias desde principios de la década de 1990, y que Moscú finalmente logró negociar un alto el fuego.

Desde ese entonces, la balanza se ha inclinado aún más a favor de Azerbaiyán, ¿por qué? Primero porque el ejército armenio no ha logrado reabastecer sus tropas ni sus armas, ya que Rusia, quien es su tradicional corredor de armas, actualmente atraviesa una escasez de suministros. Y en segundo lugar, Azerbaiyán, por el contrario, ha ido aumentando su volumen militar, tanto así que actualmente el ejército supera varias veces al de Armenia, se encuentra mejor equipado y cuenta con el respaldo de Turquía; asimismo, la mayor demanda europea de gas de Azerbaiyán también ha fortalecido el rol de Bakú en la región. 

Concretamente, como resultado de este enfrentamiento, existen dos borradores de acuerdos dando vueltas: por un lado, uno preparado por Rusia, y por otro, un acuerdo que Armenia y Azerbaiyán han desarrollado con el respaldo de Occidente. Cada borrador aborda el comercio y la estabilización de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, dejando el destino de los armenios en Nagorno-Karabaj en un proceso separado y hasta ahora no iniciado.

Sin embargo, ambos lados se encuentran muy separados, mientras que al mismo tiempo, es Bakú quien tiene todas las cartas y ganaría más con un acuerdo, especialmente en términos de comercio y relaciones exteriores, más que militarmente. Es por ello que el peligro radica en que las conversaciones no logren llegar a ninguna parte o que otro estallido hunda tanto las vías lideradas por Moscú como las respaldadas por Occidente y Azerbaiyán tome lo que pueda por la fuerza.

IRÁN

Las protestas masivas contra el régimen iraní, la represión despiadada de Irán y su suministro de armas a Rusia han dejado a la República Islámica más aislada que nunca en décadas, al mismo tiempo que se está gestando una crisis a raíz de su programa nuclear.

En este sentido, las protestas que sacuden el país han representado la amenaza más duradera y decidida hacia la autoridad de la República Islámica desde el Movimiento Verde del año 2009. Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, encabezadas por mujeres y colegialas que rechazan el hiyab obligatorio como símbolo de misoginia y una opresión más amplia, han salido a las calles en actos de desafío contra el régimen.

Mientras tanto, las conversaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015, estancadas desde principios de septiembre, actualmente se encuentran congeladas. La capacidad nuclear de Teherán ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, mientras que su capacidad de enriquecimiento de uranio se ha ampliado.

Por lo que el monitoreo por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica se encuentra restringido. Frente a esto, el escenario que se plantea como probable es el que Estados Unidos y sus aliados han esperado evitar durante mucho tiempo, el de elegir entre la posibilidad de que Irán adquiera una bomba nuclear o usar la fuerza para evitar que eso suceda, cualquiera de los parece estar a la vista.

AE

YEMEN

Yemen actualmente atraviesa una situación crítica, ya que la tregua pactada durante el pasado mes de abril entre los rebeldes hutíes y el gobierno internacionalmente reconocido del país, respaldado principalmente por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, caducó en octubre. Los combates importantes no se han reanudado, pero ambos bandos se están preparando para volver a la guerra.

El riesgo de una nueva guerra es potencialmente alto. Algunos militares dentro del campo haití se inclinan hacia otra ofensiva, aunque por ahora, probablemente sean más fuertes que sus rivales, los hutíes están privados de fondos y sus fuerzas están debilitadas.

ETIOPÍA

Una de las guerras más mortíferas del año 2022, se desarrolló en la región de Tigray en Etiopía y sus alrededores, pero actualmente se encuentra detenido. Dos de los principales beligerantes, el gobierno del primer ministro etíope Abiy Ahmed y el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), que dominó la política etíope durante décadas antes de que Abiy asumiera el poder en 2018 y luego se peleara con él, firmaron un acuerdo el 2 de noviembre en Pretoria, Sudáfrica y, 10 días después, un acuerdo de seguimiento en Nairobi.

Sin embargo la paz en esa región se vislumbra frágil, ya que las cuestiones clave siguen sin resolverse, en particular si las fuerzas de Tigray se desarmaran y si el presidente de Eritrea, Isaias Afwerki, cuyo ejército ha estado luchando junto a las tropas etíopes, retirará sus tropas a la frontera reconocida internacionalmente.

LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

M23, un grupo rebelde previamente inactivo, que los informes de la ONU sugieren que está respaldado por Ruanda, se encuentra causando daños en la región este de la República Democrática del Congo. Allí, los combates han expulsado a decenas de miles de personas de sus hogares y podrían convertirse en una guerra de poder regional más amplia.

En este sentido, M23 tiene varias ciudades y rodea la capital provincial de Goma. En 2013, el grupo fue rechazado por una fuerza reforzada de las Naciones Unidas, pero ahora parece estar más armado y organizado, incluyendo a ex soldados congoleños, muchos de los cuales son tutsis, un grupo étnico que se extiende por la región de los Grandes Lagos de África, y profesa defender los intereses comunales.

EL SAHEL

En cuanto a este conflicto, Burkina Faso, Malí y Níger no muestran signos de hacer retroceder a las resistentes insurgencias islamistas. Los líderes occidentales, cuya participación militar durante la última década fue insuficiente para detener la violencia, parecen no saber cómo responder a los golpes en Burkina Faso y Malí.

HAITÍ

Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio del año 2021, Haití ha estado paralizado por el estancamiento político y la violencia rampante de las pandillas. Los servicios públicos se han derrumbado y enfermedades como el cólera se están propagando, la situación se volvió tan delicada que algunos haitianos ahora cifran sus esperanzas en las tropas extranjeras, a pesar del legado de intervenciones anteriores que posee Haití.

Asimismo, cientos de pandillas controlan más de la mitad del país, sofocando la capital, Port-au-Prince, bloqueando carreteras e imponiendo un reinado de terror, que incluye el uso de la violación para castigar e intimidar a las personas.

PAKISTAN

Pakistán está entrando en un año electoral con un cuerpo político profundamente dividido, ya que el ex primer ministro Imran Khan genera apoyo populista contra el gobierno y el todopoderoso ejército.

Mientras tanto, los militantes islamistas están resurgiendo. La provincia de Khyber Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán, ha visto aumentar los ataques de militantes contra las fuerzas de seguridad. El repunte se debe tanto al refugio de los talibanes de los militantes paquistaníes en Afganistán como al intento fallido de Islamabad, mediado por los talibanes, de llegar a un acuerdo 

TAIWAN

El mayor punto crítico entre Estados Unidos y China parece cada vez más inestable, ya que Washington busca mantener la primacía en la región y Beijing busca la unificación con la isla. En este sentido, la unificación ha sido durante mucho tiempo el objetivo de China. Beijing dice que espera que esto suceda pacíficamente, pero no descarta la fuerza. 

La evaluación de Washington es que Xi ha fijado el año 2027 como la fecha en la que el ejército de China debería ser capaz de apoderarse de Taiwán. Por su parte, Estados Unidos mantiene una política de “Una sola China”, que apunta a una resolución pacífica del estatus de Taiwán sin prejuzgar el resultado, y una postura de “ambigüedad estratégica” sobre si saldría en defensa de Taiwán. Pero con Beijing cada vez más poderoso y asertivo, Washington muestra signos de endurecimiento de las políticas adoptadas mientras que la posibilidad de invasión a Taiwán por parte de China se vuelve latente. 

Fuente: Foreign Policy Magazine.

Te puede interesar: Continúan las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán: ¿puede evolucionar aún más este conflicto?

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

Dejá tu comentario