El mundo gira cada vez más rápido, la tecnología avanza, la conciencia del hombre sobre el cuidado de nuestro planeta exige modificaciones en las matrices energéticas y cada vez se requiere de mayor cantidad de alimentos para satisfacer una población en constante aumento. Al mismo tiempo surgen conflictos en todos los continentes, intraestatales y entre estados, que afectan el débil equilibrio que tiene la humanidad, generando desplazados, inmigraciones masivas y escasez de recursos básicos. 

Nuestro país está en una posición privilegiada, lejos de esos conflictos, es la “tierra de las  oportunidades” y podríamos producir los faltantes que están afectando a la humanidad, por ejemplo grandes cantidades de alimentos, gas para producir electricidad con menor cantidad de emisiones y litio para las baterías que proveerán la energía limpia en un futuro cercano.  Pero estas capacidades son potenciales, no son reales.  

No es intención de este ensayo entrar en cuestiones eminentemente políticas, pero no se puede dejar de mencionar que la incertidumbre política y económica y la falta de seguridad jurídica dificultan el ingreso de posibles inversores. Pero este análisis apunta en realidad al hardware de nuestro país, a los activos físicos, ya sean equipos o redes de infraestructura, porque podemos tener todas las riquezas del mundo, pero si no conseguimos colocarlas en el mercado es lo mismo que no tenerlas. 

Sin equipos y redes de infraestructura adecuadas no podemos sacar las cosechas a precios  convenientes para nuestros productores, basta con pensar en las redes camineras existentes y su estado de deterioro; en el estado de las pocas redes ferroviarias que nos  quedan, incluyendo vías y trenes; y en una red portuaria ineficiente y cara, que requiere por  ejemplo que un barco tenga que navegar más de treinta horas por un canal que debe ser  dragado casi constantemente y con prácticos para alcanzar puertos como el de Rosario. De un estudio comparado llevado a cabo por el Banco Mundial en 2016 entre Argentina y  EE.UU, surge que los costos totales de tránsito desde las fincas de origen de la soja hasta  los puertos de destino, incluyendo el flete marítimo y medido en USD por Tn, eran los  siguientes1

UBICACIÓN DE LA FINCA PUERTO DE SALIDA DISTANCIA FINCA – PUERTOCOSTO A PUERTO DE DESTINO 
Shanghái Rotterdam
Davenport, IOWA, EE.UU New Orleans, EE.UU. 1520 km 73 USD/Tn 51 USD/Tn
Rafaela, Sta. Fe, Argentina Rosario, Argentina 300 km 123 USD/Tn 97 USD/Tn

Como se puede apreciar, los costos de nuestro país son casi el doble que los de EE.UU. y  una gran parte de los mismos están en la logística, derivados de la ineficiencia de las redes  de infraestructura y los equipos. Ese mismo informe cita que sobrecosto resultante de la congestión en las redes viales para acceder a los puertos del Gran Rosario llega a 8,1  USD/Tn. Esa falta de infraestructura impacta en el precio final del grano que exporta nuestro  país, afectando el ingreso de divisas. 

Sin equipos y redes de infraestructura adecuadas no podemos exportar gas. La invasión  rusa a Ucrania alteró la matriz energética mundial producto de la falta del gas que Rusia proveía a Europa, generando una gran oportunidad para todos aquellos países que tienen ese fluido y pueden exportarlo. En el año 2010 se descubrió que en la zona de Vaca Muerta existían enormes reservas de gas, doce años después todavía no podemos exportarlo, así como tampoco podemos abastecer a nuestro territorio, debido a que los gasoductos necesarios aún no fueron construidos y los equipos necesarios para operarlos no fueron  adquiridos. Esta situación no solo impidió e impide exportar gas al mundo en momentos de grandes demandas, sino que se tuvo y se tiene que importar gas a precios siderales con la  salida de divisas que eso implica, o sea, la pérdida fue doble, tanto por no vender como por tener que comprar. 

Ahora un problema similar surge con el litio. En una nota publicada recientemente en el  matutino Clarín2, Silvia Naishtat explica que así “como Vaca Muerta depende de oleoductos  o gasoductos para extraer su producción, el litio depende que haya rutas en buen estado,  camiones con determinadas especificidades y choferes que sepan conducir en alturas de  más de 4.000 metros. Ese es el cuello de botella.” Cada tonelada de litio podría llegar a valer del orden de 125.000 USD y el problema no solo es extraerlo, es poder transportarlo hasta  los puertos de salida para exportación. Nuevamente la falta de equipos y redes de  infraestructura adecuadas traba un potencial ingreso de divisas a nuestro país.  

La pregunta a hacerse es ¿por qué nos faltan esos activos físicos? 

Una parte de la respuesta está en el testimonio brindado por el Sr Presidente de la Nación  en el juicio por la causa conocida como “Vialidad”. Ante la pregunta formulada por el Fiscal  Luciani respondió: “No hay una regla que diga que a una provincia le toca una cantidad de  dinero por los habitantes que tiene” y agregó que “No hay una regla que diga cómo se  

reparte la obra pública3. La última frase de esa declaración es verdaderamente  preocupante y grave, porque indica que no existe en nuestro país un Plan Estratégico de  incorporación de Activos físicos, ya sea Infraestructura o Equipos. Deberíamos tener un  Plan Director a largo plazo, aprobado por el Congreso, en el cual estén fijadas las obras a  ejecutar y los activos a adquirir, con una clara secuencia y prioridad de ejecución. La falta de  ese plan da lugar a que, por ejemplo, se construyan “autopistas a la nada” o aeropuertos de  gran magnitud en donde no operan ni avionetas en meses o se compren mas activos “no  productivos”, como aeronaves o automóviles de alta gama para uso de los funcionarios, que  activos “productivos”, por ejemplo aeronaves hidrantes para combatir los múltiples focos de  incendio que anualmente se producen en nuestro territorio. Y esto no es privativo de un  gobierno o partido político en particular, ocurrió y ocurre con todos. 

La otra parte de la respuesta está en que los activos que se construyeron / adquirieron  no están disponibles o en buenas condiciones de uso debido a su estado. Esto se  debe a que los Organismos de Gobierno (nacional, provincial y municipal) y las empresas,  privadas o públicas, que gestionan activos físicos del Estado carecen de un sistema  estructurado para gestionarlos. Solo una parte de AYSA e YPF Luz poseen un Sistema de  Gestión de Activos certificado. Es muy común que por falta de un diseño adecuado,  construcción deficiente y/o un mantenimiento pobre, los activos físicos pierdan su  confiabilidad y/o disponibilidad para el brindar el servicio para el cual fueron adquiridos. Esto  se puede ver, por ejemplo, cuando se construyen caminos no aptos para soportar la carga  que se moverá sobre ellos y se deterioran muy rápidamente; cuando se adquieren equipos  usados en el límite de su obsolescencia tecnológica o nuevos a empresas / países con  deficiente servicio post venta, razón por la cual quedan rápidamente fuera de servicio; y/o cuando no se asignan los recursos para el mantenimiento de los activos, perdiendo estos su 

confiablidad y disponibilidad por fallas y/o averías. Todas estas cuestiones podrían ser  evitadas implementando en los Organismos del Estado que posean activos físicos críticos,  un sistema de gestión de activos que balancee adecuadamente la performance requerida a  los activos físicos, los riesgos en juego y los costos asociados, a lo largo de todo su ciclo de  vida. 

Incorporar activos físicos o construir redes de infraestructura es caro y lleva tiempo y  mantenerlos requiere de inversión y gestión. En la situación que está nuestro país no  podemos darnos el lujo de seguir perdiendo tiempo, gastando mal y de no disponer de los  activos que permitan al país despegar productivamente. 

La falta de un Plan estratégico de Activos Físicos y de un Sistema de Gestión para su  administración y control, ha impedido incorporar y mantener los activos y las redes de  infraestructura necesarias para expandir la economía del país y aprovechar las  oportunidades que nos brindan las circunstancias que se viven en el mundo. Por eso es  imperativo que los gobiernos tomen conciencia de esta falencia y con un amplio consenso político, determinen e instrumenten las políticas públicas necesarias para que Argentina se  convierta realmente un una tierra de oportunidades y no que estas se pierdan lastimosamente. 

1 Calzada J, Bergero P. (2016). Visión del Banco Mundial sobre costos logísticos de la soja argentina. Bolsa de Comercio de Rosario. https://www.bcr.com.ar/es/mercados/investigacion-y-desarrollo/informativo-semanal/noticias-informativo semanal/vision-del
2 Naishtat S. 20 nov 2022. Rutas angostas, falta de camiones y de choferes: un cuello de botella para la fiebre del litio .Clarín. www.clarin.com/
3 Ini C. 15 feb 2022. Alberto Fernández declaró como testigo: defendió a Cristina Kirchner y se cruzó con el fiscal. La Nación. www.lanacion.com.ar.

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