La canciller alemana, Angela Merkel, ha volado a Moscú para mantener conversaciones con el presidente Vladimir Putin, su último viaje oficial a Rusia mientras se prepara para dejar el cargo el próximo mes tras casi 16 años.

Se prevé que Afganistán domine las conversaciones de ambos el viernes, así como los temas en los que están en desacuerdo, entre ellos el trato que Rusia da al crítico del Kremlin Alexey Navalny, Bielorrusia y los supuestos ciberataques.

Merkel y Putin, que lleva más de 20 años en el poder, han conseguido mantener una línea de comunicación a lo largo de los años a pesar de sus numerosas diferencias políticas.

El mandatario, de 67 años, se prepara para dejar la política tras las elecciones alemanas, previstas para el 26 de septiembre.

Merkel, que creció en la Alemania Oriental comunista y habla ruso con fluidez, siempre ha insistido en que las relaciones con Rusia sólo pueden mejorar mediante el diálogo.

Pero su relación con Putin se ha deteriorado mucho desde 2014, cuando Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea y respaldó a los rebeldes separatistas en el este de Ucrania.

“La señora Merkel, como alemana del este y con su formación, desde el principio entendió mejor que sus predecesores cómo funciona Rusia y cómo opera Putin. Siempre hubo una relación de hecho… basada en el respeto”, dijo Stefan Meister, analista político del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, añadiendo que todo cambió con el comienzo de las hostilidades armadas en el este de Ucrania.

Misamir-IV –

“La gran ruptura fue el conflicto entre Rusia y Ucrania”.

Otro tema de debate será probablemente el gasoducto Nord Stream 2, casi terminado, que llevará gas natural de Rusia a Alemania.

El proyecto ha enfadado a Estados Unidos y a algunos países europeos, pero Estados Unidos y Alemania anunciaron el mes pasado un acuerdo para permitir su finalización.

Los críticos afirman que el gasoducto amenaza la seguridad energética europea, aumenta la influencia de Rusia y supone un riesgo para Ucrania y Polonia al pasar por encima de ambos países.

La situación en Afganistán, donde los talibanes tomaron el poder el domingo tras una ofensiva a escala nacional, podría convertirse en el último tema que ha abierto una brecha entre los dos líderes.

Mientras que Merkel ha calificado de “amarga” la vuelta al poder de los talibanes, el Kremlin ha adoptado un tono más conciliador.

Moscú busca el compromiso con los talibanes, y su máximo representante diplomático, Sergey Lavrov, calificó de “señal positiva” el hecho de que el grupo “declare y demuestre en la práctica su disposición a respetar la opinión de los demás”.

El caso Navalny

AP

Las conversaciones del viernes “seguramente tratarán sobre las grandes cuestiones internacionales pendientes”, dijo el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, a los periodistas en Berlín esta semana.

“Obviamente, Afganistán. Además, el conflicto en el este de Ucrania, para cuya solución y arreglo Rusia podría hacer mucho más”, dijo.

“Bielorrusia, un país, un dictador, que va en contra de su propio pueblo de la peor manera y sobre el que los dirigentes rusos tienen influencia, como creemos”, añadió Seibert, mientras enumeraba posibles temas de conversación.

El viaje de Merkel supondrá su vigésima visita a Rusia desde que asumió el cargo y se produce en el aniversario de que Navalny cayera gravemente enfermo mientras volaba en un avión sobre Siberia el 20 de agosto de 2020.

Ante la insistencia de su esposa, el líder de la oposición fue trasladado para recibir tratamiento médico a Alemania, donde las autoridades dijeron que las pruebas revelaron que había sido envenenado con un agente nervioso desarrollado por la Unión Soviética.

A su regreso a Rusia en enero, Navalny fue inmediatamente detenido y encarcelado. Un mes más tarde, se le ordenó cumplir dos años y medio de prisión por violar los términos de una sentencia suspendida por una condena de malversación de 2014 que él ha descartado como fabricada.

“Este caso aún no resuelto supone una carga muy severa para la relación con Rusia”, dijo Seibert. “El señor Navalny está encarcelado injustamente”.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió el miércoles un extenso comunicado sobre “el caso Navalny”, en el que acusaba a las acciones de “Alemania y sus aliados” en los últimos 12 meses de indicar “una provocación planificada con el objetivo de desacreditar a Rusia a los ojos de la comunidad mundial y de dañar sus intereses nacionales”.

El ministerio acusó a Berlín de no haber aportado pruebas que respalden sus “descaradas acusaciones” de que Navalny fue envenenado con un agente nervioso. Dijo que Alemania dejó sin “respuestas significativas” las peticiones legales de las fuerzas de seguridad rusas y que, en cambio, jugó al “ping-pong burocrático” con Moscú.

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Redacción
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1 COMENTARIO

  1. Merkel ha sido de esos políticos que le dan estabilidad a Europa. Ahora que ella no estará como seguirá todo? hay movimientos de extrema derecha que quieren llegar al poder en Alemania, lo cual podría desestabilizar no solo Europa, sino todo el mundo, porque Alemania es la cuarta potencia económica del planeta, con capacidad de apoyar o impulsar locuras en la OTAN.

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