La situaciรณn de El Salvador es una advertencia sobre lo que puede ocurrir si un gobierno usa la excusa de la pandemia para destruir la divisiรณn de poderes y erosionar definitivamente la democracia.
Nayib Bukele dio un nuevo paso hacia la definitiva erosiรณn de la democracia en El Salvador al embestir contra el Poder Judicial y destruir el รบnico contrapeso institucional que quedaba en pie.
El partido polรญtico de Bukele se impuso con mรกs de dos tercios de los votos en las elecciones parlamentarias celebradas en febrero, obteniendo una mayorรญa agravada en el Congreso unicameral del paรญs. Con estos nรบmeros, el domingo el oficialismo destituyรณ a los jueces de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General del paรญs.
La oposiciรณn denunciรณ un golpe de Estado de Bukele al destituir a magistrados que emitieron fallos contra los polรฉmicos decretos de restricciones sanitarias emitidos por el mandatario. Por el contrario, el presidente salvadoreรฑo justificรณ la decisiรณn afirmando que los jueces habรญan buscado quitarle prerrogativas y asรญ pusieron en peligro miles de vidas debido a la pandemia de la COVID-19.
Si bien Bukele tiene la potestad legal para destituir a los jueces, al contar con la mayorรญa de dos tercios del Congreso, en la prรกctica esto constituye un claro avance contra la democracia liberal. En un paรญs con dรฉbiles instituciones como El Salvador, esta situaciรณn puede ser mortal para la democracia en esa naciรณn.
La pandemia de COVID-19 constituye una lamentable y mortal situaciรณn que pone en riesgo nuestras vidas. Al mismo tiempo, se instituye como la oportunidad perfecta para que algunos lรญderes electos por el voto popular utilicen la pandemia como herramienta para virar hacia el autoritarismo.
Para culminar, me gustarรญa que reflexionemos con dos citas del excelente libro โCรณmo mueren las democraciasโ de Daniel Ziblatt y Steven Levitsky:
โAsรญ es como los autรณcratas electos subvierten la democracia: empaquetando e instrumentalizando tribunales y otras agencias neutrales, comprando los medios y al sector privado (o intimidรกndolos para que guarden silencio) y reescribiendo las reglas de la polรญtica para inclinar el campo de juego contra los oponentes. La trรกgica paradoja de la ruta electoral hacia el autoritarismo es que los asesinos de la democracia utilizan las mismas instituciones de la democracia, de manera gradual, sutil e incluso legal, para destruirla”.
โUna de las grandes ironรญas acerca de cรณmo mueren las democracias es que la propia defensa de ella se usa a menudo como pretexto para derrumbarla. Quienes luego serรกn autรณcratas suelen usar crisis econรณmicas, desastres naturales y, especialmente, amenazas a la seguridad (guerras, insurgencias armadas o ataques terroristas) para justificar medidas antidemocrรกticas”.