Por Mateo Garza de Politólogos al Whisky

Este lunes el Consejo General de la Organización Mundial del Comercio acordó la designación de Ngozi Okonjo-Iweala como la séptima Directora General de la Organización. 

La funcionaria tiene 66 años y es una economista especializada en desarrollo internacional, que se desempeñó como ministra de Finanzas de Nigeria en dos ocasiones y que tuvo una notable trayectoria de 25 años en el Banco Mundial. Asumirá sus funciones en la OMC en marzo, siendo la primera mujer y primera africana al frente de la organización. 

El apoyo a su candidatura por parte de la nueva administración de Estados Unidos permitió el consenso necesario para la elección, que debe ser unánime. La funcionaria reconoció el enorme desafío que tiene por delante y llamó a un trabajo conjunto para hacer una OMC “más fuerte, ágil y mejor preparada para las realidades actuales”. 

El ministro de economía Martin Guzman felicitó por Twitter a Okonjo-Iweala y Cancillería hizo lo suyo a través de un comunicado en el que sostuvo que el país “apuesta por el multilateralismo” y en el que resaltó la importancia de avanzar en la preparación de la conferencia ministerial de este año. 

La nueva Directora General se refirió a la aguda crisis que enfrenta la organización pero mostró una mirada optimista, asegurando que se espera un fuerte rebote del comercio internacional este año. Destacó que la OMC debe mostrarse firme en sus funciones de monitoreo y alentar a sus miembros a eliminar restricciones que afectan al suministro de equipamiento médico. Otro de sus objetivos es poner el foco en el desactualizado marco normativo de la OMC y tratar el tema del comercio electrónico, lo que podría ayudar a reabrir las negociaciones por el comercio de servicios, que están estancadas hace tiempo y constituyen un sector de creciente importancia. De la misma forma, la funcionaria planteó una reforma del sistema de resolución de controversias. 

En resumen, el gran desafío para la Dra. Ngozi (como pidió que la llamen) es modernizar la OMC para poder hacer frente a los problemas del siglo XXI. La tarea no será fácil, pero el compromiso de alentar el multilateralismo y el libre comercio es una buena primera señal. Después de todo, siendo responsable de un 60% del PBI mundial, un comercio internacional dinámico y con reglas claras constituye un factor clave para la recuperación económica. 

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