Estados Unidos vive un super martes de elecciones donde, si bien la carrera por la alcaldía de Nueva York se lleva todas las miradas, también se define gobernador y otros cargos en los estados de Virginia y Nueva Jersey, así como se someten a votación en California y Pensilvania importantes propuestas para el futuro de los comicios a nivel nacional.

Se trata de la primera gran prueba electoral para Donald Trump, que ha manifestado sus preferencias en algunas de las competencias que se repartirán hoy por el país. Hay que recordar que las elecciones en estos distritos ocurrirán mientras el gobierno federal se mantiene cerrado, ante la imposibilidad de encontrar un acuerdo bipartidario que permita destrabar el presupuesto.
En este contexto, cientos de miles de trabajadores estatales han sido licenciados o trabajan sin cobrar su sueldo, y millones de estadounidenses sufren la pérdida de beneficios distribuidos a través del gobierno, así como la falta o dificultad de acceso a distintos servicios. Este mismo 4 de noviembre, la parálisis del aparato estatal se convierte en la más larga de la historia, algo que, sumado a sus efectos sociales, será uno de los factores a analizar en el comportamiento del electorado.
Las tres elecciones que tienen en vilo a republicanos y demócratas
Aunque el presidente republicano perdió las últimas elecciones presidenciales en los tres distritos que eligen autoridades, tanto Winsome Earle-Sears como Jack Ciattarelli, los candidatos del oficialismo en Virginia y Nueva Jersey, buscaron pegarse a su victoria nacional del año pasado, por lo que sus resultados pueden ser un termómetro de cómo la opinión percibe la cercanía con Trump a esta altura de su segundo mandato.

Los demócratas ponen en juego la posibilidad de resurgir electoralmente luego de su sonada derrota presidencial, pero las lecturas posteriores también podrían ayudar a definir el discurso del partido opositor. Mientras que los candidatos demócratas a gobernador -la legisladora estatal Mikie Sherrill en Nueva Jersey y la ex representante nacional Abigail Spanberger en Virginia- han cultivado una línea moderada, en Nueva York surge como contraste Zohran Mamdani, un nuevo referente demócrata de 34 años, musulmán y de ascendencia india, que llevó adelante una campaña con propuestas asociadas al socialismo que buscan reducir el costo de vida urbano a través de mayores impuestos a las personas que cobren más de un millón de dólares anuales en adelante.
Su figura ganó estrella luego de que desbancó al exalcalde Andrew Cuomo -quien hoy compite como independiente- en las primarias de su partido, pero también enfrentó una importante campaña negativa por parte de Donald Trump, que lo tildó de “comunista” y prometió reducir partidas presupuestarias para la ciudad en caso de que se imponga en la contienda.
El presidente prefirió apoyar a Cuomo, de filiación demócrata y cruzado por denuncias de abuso sexual, antes que al candidato republicano, Curtis Sliwa, por considerar que tiene más oportunidades de imponerse. “Te guste personalmente Andrew Cuomo o no, realmente no tenés opción”, escribió en un post de su red social Truth, “debes votar por él, y esperar que haga un trabajo fantástico. Él es capaz de hacerlo ¡Mamdani no!”.
Con semejantes posturas, el resultado final podría elevar la retórica de Mamdani, que resuena en los sectores del partido que en el pasado apoyaron candidaturas como la de Bernie Sanders, o mostrar la influencia que puede tener una amenaza de la Casa Blanca incluso en un bastión demócrata.
Dos estados clave definen las elecciones del futuro
Por otro lado, California discute la propuesta de rediseño del mapa electoral del estado, que los demócratas esperan contrarreste el esfuerzo republicano de sumar más legisladores haciendo lo propio en Texas. La expectativa del gobernador Gavin Newson, otra de las figuras del partido demócrata que se posiciona como opositor a Trump, es que esta reorganización le permita a su partido tener resultados más contundentes con los que pueda mejorar sus números en el Congreso en Washington D.C.

Los votantes de Pensilvania también definirán la continuidad en la corte suprema estatal de tres magistrados apoyados por los demócratas. Aunque se trate de una carrera local, su resultado podría delinear el perfil del tribunal supremo en uno de los estados clave en las contiendas nacionales, ya que se trata del más populoso entre los “swing states“, distritos que no tienen una filiación partidista tan marcada y suelen inclinar la balanza hacia un lado u otro en los comicios de medio término y presidenciales.
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