Recientemente, un funcionario de defensa de EE.UU. confirmó al medio Al Arabiya English que cientos de tropas estadounidenses han sido retiradas de Siria. Para muchos, la decisión es la materialización de un nuevo enfoque de política exterior de la administración de Donald Trump sobre la región, así como también por la caída del régimen de Assad.
En las últimas semanas, unos 500 soldados se han retirado, mientras que se han entregado o cerrado varias bases estadounidenses a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Fox News confirmó que el Sitio de Apoyo a la Misión Green Village fue cerrado, mientras que MSS Éufrates fue entregado a las FDS.

Técnicamente, varias tropas habían sido redesplegadas en otros lugares. La información se condice con lo informado el pasado mes de abril por la administración estadounidense, que confirmaba que Washington consolidaría las tropas en Siria bajo la Fuerza Combinada de Operaciones Conjuntas – Operación Inherent Resolve (OIR) en determinados lugares del país, reduciendo la presencia de EE.UU. en Siria a menos de 1.000 efectivos.
En su momento, el Portavoz Jefe del Pentágono, Sean Parnell, afirmó que “a medida que esta consolidación se lleva a cabo, en consonancia con el compromiso del presidente Trump con la paz a través de la fuerza, el Comando Central de los Estados Unidos permanecerá preparado para continuar los ataques contra los remanentes de ISIS en Siria”. De manera similar, el enviado de EE.UU. para Siria, Tom Barrack, declaró que “la reducción de nuestro compromiso OIR sobre una base militar está sucediendo. Hemos pasado de ocho bases a cinco y a tres. Con el tiempo pasaremos a una”.
Las medidas recientes de Washington sobre Siria
Si bien EE.UU. ha mantenido una asociación con las Fuerzas de Autodefensa de Siria durante varios años, considerándolas cruciales en la lucha contra el ISIS, el enfoque hacia el país ha comenzado a cambiar. A pesar de sus reservas sobre la colaboración con el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, la administración Trump ha levantado las sanciones a Siria, por citar un ejemplo.
Este cambio de percepción sobre Siria y la región ha comenzado a observarse desde la gira de Trump por Medio Oriente el mes pasado. Allí, accedió a levantar las sanciones impuestas a Siria por la era Assad, se reunió con el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, en Riad y nombró a Barrack como su enviado especial.

Estas múltiples modificaciones han comenzado a allanar el camino para que los actores regionales e internacionales entren en el mercado sirio y ayuden a iniciar el camino hacia la recuperación. Pero la ayuda tiene sus condiciones, que han sido impuestas por Washington al gobierno sirio a principios de este año.
Entre ellas, figuraba la expulsión de los combatientes extranjeros del país, así como la eliminación de los combatientes extranjeros de los puestos oficiales militares o gubernamentales. No obstante, el pasado lunes se informó que EE.UU. dió “el visto bueno” a Siria de incorporar a miles de excombatientes extranjeros al ejército nacional “siempre que lo haga de forma transparente”.
La presencia estadounidense en Medio Oriente
Durante décadas, la política exterior de EE.UU. en Medio Oriente estuvo marcada por diversos pilares. Entre ellos, el acceso a los recursos energéticos y estratégicos de la región, la lucha contra el terrorismo y la defensa de Israel. A ello debe sumarse la competencia por la influencia regional con Rusia e Irán, cada vez más marcada en los discursos del presidente Trump.
Si bien Washington aún mantiene una presencia militar significativa en la región, la reducción de efectivos en Siria puede considerarse una estrategia más amplia de consolidación de fuerzas. Pese a todo, EE.UU. tiene unos 2.500 soldados en Irak, 3.500 en Jordania y casi 2.000 en Turquía.

La multiplicidad de cambios expuestos por Trump en Medio Oriente denota la consolidación de nuevas estrategias y alianzas en otros sectores. Por ejemplo, reforzando su cooperación con monarquías del Golfo Pérsico, o alentando acuerdos económicos y comerciales en materia de defensa e inteligencia artificial. Sin dudas, la flexibilización de la postura estadounidense hacían siria debe enmarcarse en este contexto, aunque la presencia de EE.UU. en Medio Oriente sigue siendo un elemento clave para la proyección de poder a nivel internacional.
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