El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este miércoles en Riad con el mandatario sirio Ahmed al-Sharaa, luego de haber anunciado el levantamiento total de las sanciones estadounidenses contra Siria. El encuentro, que contó con la presencia del príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, marcó el primer contacto directo entre líderes de ambos países en más de dos décadas.

El punto más destacado de la cumbre fue el pedido directo de Trump a Al-Sharaa para que Siria se una al proceso de normalización de relaciones con Israel, siguiendo el camino iniciado por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos bajo los Acuerdos de Abraham de 2020. Según un comunicado oficial de la Casa Blanca, el presidente estadounidense “alentó a Siria a sumarse a los países que ya han optado por la paz regional”.

La reunión se dio horas después de que Trump anunciara una histórica decisión de su administración: el fin del régimen de sanciones impuesto sobre Siria desde 2004, profundizado en 2011. “Era brutal y paralizante. Ahora es su momento de brillar. Buena suerte, Siria”, declaró Trump durante el Foro de Inversión Saudí-Estadounidense.

De enemigo a socio potencial

Ahmed al-Sharaa, también conocido por su nombre de guerra Abu Mohammed al-Golani, fue líder de la filial siria de Al Qaeda y permaneció cinco años en una prisión estadounidense en Irak. En 2016, cortó sus vínculos con la organización terrorista, reorganizó su grupo como Hayat Tahrir al-Sham y, tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre pasado, asumió la presidencia siria.

Si bien el nuevo líder sirio aún enfrenta cargos por terrorismo en Irak, Estados Unidos retiró en diciembre la recompensa de 10 millones de dólares que ofrecía por su captura. La comunidad internacional observa con cautela su viraje político, especialmente Israel, donde funcionarios siguen refiriéndose a él como “un yihadista con pasado reciente”.

Pese a ello, Washington considera que la apertura hacia Siria podría estabilizar una región sacudida por años de guerra civil, insurgencia islamista y rivalidades sectarias. Voceros del Departamento de Estado indicaron que el proceso de acercamiento continuará con una reunión entre el secretario de Estado Marco Rubio y el canciller sirio Asaad al Shaibani en Turquía.

Una nueva Siria en reconstrucción

El levantamiento de sanciones representa un punto de inflexión para la economía siria. Riyadh ya anunció su intención de invertir en la reconstrucción del país. “Hay muchas oportunidades”, dijo el canciller saudita Faisal bin Farhan al-Saud. Desde Damasco, el gobierno de Al-Sharaa celebró la medida y aseguró que está dispuesto a construir una relación bilateral basada en “el respeto mutuo, la confianza y los intereses compartidos”.

En declaraciones recientes, el propio Al-Sharaa había manifestado su interés en alcanzar un “gran acuerdo comercial” con Estados Unidos. Incluso, en una conversación informal con el activista republicano Jonathan Bass, deslizó que le gustaría construir una Torre Trump en Damasco. “Quiere paz con sus vecinos. Lo que me dijo es bueno para la región, bueno para Israel”, comentó Bass.

Negocios y diplomacia en el Golfo

El encuentro con Al-Sharaa fue parte de una gira de cuatro días de Trump por el Golfo Pérsico. Solo en su primera jornada, selló compromisos por 600 mil millones de dólares en inversiones sauditas en Estados Unidos, además de un acuerdo armamentístico por 142 mil millones.

Luego de su paso por Arabia Saudita, el mandatario voló a Doha, en su primera visita presidencial a Qatar en 23 años. Pese a haber respaldado el aislamiento de Doha en 2017, Trump celebró el rol actual del emirato como inversor global. En su llegada, fue escoltado por Cybertrucks de la Guardia Emiri, en una muestra del renovado vínculo. Se espera que Qatar Airways anuncie la compra de 100 aeronaves Boeing como parte de esta nueva etapa de relaciones.

El acercamiento entre Estados Unidos y Siria, impulsado por actores como Arabia Saudita y Turquía, representa un cambio de paradigma con implicancias estratégicas en toda la región. Aunque persisten dudas sobre la verdadera transformación del liderazgo sirio, Washington parece decidido a apostar por una nueva era de pragmatismo, en la que las alianzas tradicionales se ven desafiadas por intereses económicos y oportunidades diplomáticas.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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