Nikolái Pátrushev, ex Secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y actual asesor del gobierno ruso, dio a conocer que el país se encuentra ultimando detalles de futuras medidas para contrarrestar las restricciones aplicadas por países de Europa Occidental en el Mar Báltico. Las medidas en cuestión constituyen la respuesta de Moscú a la intensificación de la presencia de la OTAN la región del Báltico y ampliación de sus capacidades de combate y reconocimiento.
Escala la tensión en el Mar Báltico
En los últimos días, la región del Mar Báltico ha sido escenario de una serie de incidentes que han elevado considerablemente la tensión entre Rusia y los países miembros de la OTAN. El ministro de Defensa de Finlandia, Antti Häkkänen, advirtió que Moscú ha incrementado su actividad militar en la zona para proteger a su llamada “flota fantasma”, una serie de buques petroleros no registrados que eluden sanciones internacionales.

Dicha actividad se ha traducido en maniobras provocadoras tanto en el mar como en el espacio aéreo, incluyendo una presunta violación del espacio aéreo finlandés por parte de dos aviones de combate rusos el 23 de mayo, actualmente bajo investigación. En paralelo, el mismo día, el ministro de Defensa de Polonia informó que cazas polacos interceptaron a un bombardero táctico ruso Su-24 que realizaba maniobras peligrosas sobre el Mar Báltico.
Rusia se prepara para repeler la presencia de la OTAN en la zona
Un conjunto de medidas ya habría sido coordinado y acordado con el presidente Vladimir Putin, con el objetivo de reforzar la posición de Moscú en el Mar Báltico ante lo que el gobierno considera una creciente amenaza de la OTAN. Así lo indicó Nikolái Pátrushev, asesor presidencial, quien advirtió que la Flota del Báltico se encuentra actualmente fortaleciendo su presencia para garantizar la seguridad de la navegación y evitar “provocaciones” por parte de naciones calificadas como “no amistosas”.

Pátrushev acusó a la Alianza Atlántica de desmantelar la arquitectura de seguridad internacional construida tras la Segunda Guerra Mundial y de aumentar rápidamente su despliegue militar en la región. El funcionario ruso también denunció que varios países occidentales estarían preparando legislación para inspeccionar buques vinculados a intereses rusos en aguas internacionales e incluso restringir o bloquear su paso por estrechos estratégicos en el Báltico, actos que Pátrushev considera acciones de piratería de facto.
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