Aumentan las tensiones en el Mar Báltico luego de que Rusia detuviera un buque petrolero que navegaba por una ruta previamente acordada. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia, Rusia detuvo al Green Admire, un buque de propiedad griega que navegaba bajo pabellón liberiano y había partido del puerto de Sillamäe.

Para Estonia, Rusia “está causando incidentes peligrosos en el mar Báltico”. Además, el país catalogó su accionar de “inaceptable”, principalmente porque la ruta del Green Admire había sido acordada entre Rusia, Estonia y Finlandia por su seguridad marítima. Pese a ello, el buque fue detenido el domingo.
Antecedentes
El ministro de Asuntos Exteriores estonio, Margus Tsahkna, declaró que el incidente demuestra que Rusia “sigue comportándose de forma impredecible”, y que se había informado a los aliados de la OTAN. Más aún, luego de que Estonia acusó a Rusia la semana pasada de violar el espacio aéreo de la OTAN con un caza, posteriormente a que Tallin tratara de interceptar un presunto buque de la “flota en la sombra” en el mar Báltico.

Sobre este último incidente, Estonia declaró que un avión militar ruso violó el espacio aéreo de la OTAN el 13 de mayo. El hecho ocurrió después de que su Armada intentara detener al petrolero Jaguar, que se cree pertenece a la flota fantasma de Moscú, utilizada para eludir las sanciones petroleras.
Un mar Báltico ajetreado
En torno al incidente del domingo, el Green Admire había zarpado del puerto de Sillamae el sábado a las 18.40 GMT y el domingo por la tarde se encontraba anclado cerca de la isla rusa de Hogland, según Marine Traffic. El buque se dirigía a Rotterdam con una carga de petróleo de esquisto de Estonia, según informó la Administración de Transportes de Estonia. El petrolero, con una capacidad máxima de 700.000 barriles, iba casi completamente cargado.
Un funcionario del gobierno griego dijo que el barco había maniobrado en aguas rusas para evitar bajíos y que los rusos lo habían interceptado y trasladado a un lugar seguro para imponerle una multa. Por ello, Estonia declaró que redirigirá el tráfico hacia y desde Sillamäe únicamente a través de aguas territoriales estonias para evitar que este acontecimiento se repitiera.

Lo cierto es que las disputas en el Mar Báltico crecen diariamente, reflejando una escalada de tensiones geopolíticas que amenaza la estabilidad regional. El incidente con el Green Admire refuerza la percepción de que Rusia actúa de manera “impredecible” y evidencia los desafíos de la seguridad marítima en una zona clave para el comercio internacional.
Sin dudas, la respuesta de Estonia al redirigir el tráfico por aguas propias muestra una estrategia de precaución ante la incertidumbre, aunque las confrontaciones con Moscú siguen latentes. Se esperan respuestas del resto de los aliados, considerando que el Báltico se ha convertido en un punto de fricción.
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