El 16 de mayo de 2025, la Fuerza Aérea de Estados Unidos desplegó entre cuatro y seis aviones de combate F-15C Eagle en su base de Diego García, un enclave geoestratégico en el océano Índico, con vistas hacia Irán.

La medida, verificada a través de imágenes satelitales de Planet Labs, se produce en un contexto de creciente tensión con Irán y luego del redespliegue reciente de bombarderos estratégicos B-52H en la misma instalación.

El envío de estos cazas responde a una estrategia de protección de fuerza escalonada y apunta a fortalecer la capacidad de denegación aérea ante amenazas emergentes, con el objetivo central es blindar activos de largo alcance y asegurar el control de rutas aéreas clave en el área del Indo-Pacífico, frente a la posibilidad de ataques con misiles de crucero o vehículos aéreos no tripulados.

Defensa estratificada y disuasión frente a Irán

Desde su introducción en la Guerra Fría como interceptor de amenazas soviéticas, el F-15C ha consolidado una sólida reputación en combates aire-aire. En la actualidad, su rol se ha limitado a misiones de escolta, patrullaje aéreo y defensa de activos estratégicos.

En el contexto de Diego García, estos cazas actuarán como primera línea de defensa frente a posibles incursiones iraníes o ataques desde actores no estatales aliados de Teherán.

La elección de Diego García como punto de despliegue no es casual. Esta base no solo alberga bombarderos y aviones de vigilancia, sino que actúa como nodo logístico y de mando para operaciones estadounidenses en el Índico. La incorporación de cazas F-15C añade una capa disuasoria clave a la arquitectura de defensa regional, particularmente ante el riesgo de ataques con misiles de crucero lanzados desde el mar o enjambres de drones dirigidos a activos críticos.

Un despliegue orientado a la defensa y al control aéreo regional

El Boeing F-15C Eagle, una plataforma táctica diseñada para superioridad aérea, destaca por su velocidad superior a Mach 2.5, radar AN/APG-63 de largo alcance y la capacidad de transportar hasta ocho misiles aire-aire, su alcance máximo con combustible adicional ronda los 5.500 km, aunque su radio de combate efectivo en configuración operativa se limita a unos 1.700 km.

Esto lo hace inadecuado para misiones de ataque profundo, como las realizadas recientemente por F-15E israelíes sobre Yemen, pero altamente eficaz para operaciones defensivas desde Diego García.

La elección del F-15C, en lugar de plataformas más modernas como el F-22 o el F-35, responde a una lógica operativa y económica: es una aeronave robusta, de alto rendimiento a gran altitud y con menor dependencia logística, lo cual resulta ideal para bases remotas como Diego García, que, aunque carece de capacidades furtivas, su radar potente y posible integración con sensores IRST le permiten detectar e interceptar amenazas a gran distancia.

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Redacción
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