El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este miércoles una nueva ronda de sanciones contra empresas chinas acusadas de colaborar con el programa de misiles balísticos de Irán. Entre los sancionados figura Super Sources Industrial Co., Ltd., una empresa con sede en Hong Kong, señalada por haber facilitado el suministro de materiales críticos a entidades afiliadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés).

La sanción también alcanza a Wang Chao, único propietario y director de Super Sources Industrial, quien además controla Reso Trading Shanghai Co., Ltd., una compañía china igualmente incluida en la lista negra. Según el Departamento del Tesoro, Reso Trading exportó fibras de aramida —aptas para la fabricación de misiles— a clientes iraníes vinculados al IRGC.
Además, la empresa Shanghai Tanchain New Materials Technology Co., Ltd., que fabrica productos como fibras de carbono y tejidos resistentes a altas temperaturas, también fue incluida en la ronda de sanciones estadounidenses. Sus responsables, Qin Jinhua, su esposa Wang Chao (homónima del empresario sancionado) y Qin Dehui, fueron incluidos por su rol en el suministro de materiales especializados de posible uso militar.
En este sentido, Tanchain afirma que sus productos son utilizados en sectores industriales, de transporte y de protección. Sin embargo, desde el Gobierno de EE.UU. alegan que la firma forma parte de una red más amplia de apoyo a los programas armamentísticos iraníes.
Estados Unidos busca evitar cualquier avance tecnológico de Irán
Hong Kong expresó su rechazo a la decisión de Washington, calificándola de “medida unilateral” ajena al marco del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La acción se inscribe en la estrategia de presión máxima de EE.UU. para frenar el desarrollo de capacidades militares iraníes mientras continúan las estancadas negociaciones nucleares.

En febrero pasado, el Tesoro ya había sancionado a seis empresas con base en Hong Kong y China continental por operar como intermediarias en la adquisición de componentes para drones y misiles, en violación de las normativas estadounidenses. Estas medidas refuerzan la postura de Washington frente al avance tecnológico de Irán en el sector militar, así como su creciente preocupación por el papel que algunas empresas asiáticas desempeñan en la cadena de suministro de materiales estratégicos.
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