En un nuevo intento por abrir un canal diplomático que reduzca la intensidad del conflicto, Rusia y Ucrania concretaron un intercambio simultáneo de 1.000 prisioneros de guerra, sin embargo, el gesto humanitario no logró esconder el fracaso de la primera ronda de negociaciones presenciales desde 2022, celebrada en Estambul bajo una atmósfera tensa y sin la participación de Vladímir Putin ni Volodímir Zelenski.

La reunión, que se prolongó por menos de dos horas, terminó sin avances concretos sobre un posible alto el fuego, con Moscú manteniendo una postura rígida, con exigencias que incluyen la renuncia de Ucrania a zonas que ni siquiera están bajo control ruso, lo que fue calificado por Kiev como una imposición inaceptable. El intercambio de prisioneros, el mayor desde el inicio del conflicto, fue el único resultado tangible de una cita diplomática que estuvo marcada por el escepticismo.

Las conversaciones tuvieron lugar en el Palacio de Dolmabahçe, donde la escenografía reflejó la distancia simbólica entre las delegaciones: funcionarios rusos con trajes formales frente a representantes ucranianos vestidos con uniformes de combate.

Zelenski, que había propuesto un alto el fuego de 30 días previo a las negociaciones, accedió finalmente a continuar el diálogo bajo presión de Washington, especialmente tras la insistencia del presidente estadounidense, Donald Trump, a pesar de ello, el Kremlin rechazó la propuesta ucraniana y utilizó el encuentro para reforzar su postura inflexible.

Putin se ausenta y Trump apunta a una cumbre bilateral con Moscú

Putin no asistió a la reunión a pesar de haberla promovido, en su lugar, envió una delegación intermedia liderada por Vladímir Medinsky, un asesor de línea dura que ha negado reiteradamente la legitimidad de la soberanía ucraniana.

Medinsky, además, comparó el conflicto con la guerra de 21 años librada por Pedro I contra Suecia, sugiriendo que Moscú está preparado para una confrontación prolongada y que Kiev debería aceptar los términos rusos.

Mientras tanto, Trump, cada vez más involucrado en la dinámica diplomática, declaró que planea reunirse personalmente con Putin “tan pronto como podamos organizarlo”, debilitando así los esfuerzos de Kiev por consolidar un frente común con sus aliados occidentales, aunque las declaraciones del mandatario estadounidense generaron preocupación en Ucrania, que teme quedar marginada de las negociaciones clave sobre su futuro.

Una propuesta de alto el fuego sin eco en Moscú

Ucrania ha reiterado que su condición básica para avanzar en negociaciones es un alto el fuego total por 30 días, y ha insinuado que podría contemplar la congelación de las líneas del frente y abandonar su aspiración de ingresar a la OTAN.

No obstante, esta concesión estaría condicionada a un refuerzo sustancial del apoyo militar y económico occidental, así como a garantías de seguridad, incluyendo una eventual presencia de tropas europeas sobre el terreno.

El Kremlin, por su parte, argumenta que cualquier alto el fuego solo serviría para que Ucrania se rearme, entonces desde Moscú se busca presentar estas negociaciones como una continuación del diálogo de 2022, cuando Rusia demandó una desmilitarización profunda de Ucrania, límites severos a su soberanía y un veto al respaldo occidental. Kiev ha rechazado rotundamente estas condiciones desde entonces.

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Redacción
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