El reciente estreno de la serie “El Eternauta” en Netflix ha generado un furor mundial por la icónica adaptación del cómic de Héctor Germán Oesterheld, aunque ha puesto en el centro de debate otras temáticas profundamente arraigadas a la historia e identidad argentinas, como las Islas Malvinas. En el audiovisual, interpretado por Ricardo Darín en el papel de Juan Salvo, se introduce un elemento que no estaba presente en la obra original: el protagonista es un excombatiente. 

Este diferencial se convierte en un detalle crucial para la historia de la serie, principalmente porque refuerza la carga emocional del personaje y establece un vínculo directo con uno de los episodios más dolorosos de nuestra historia. Sin embargo, el impacto de El Eternauta en la reivindicación de Malvinas no se detiene allí. 

Captura de pantalla de El Eternauta.

Recientemente, la traductora de la serie, Daiana Estefanía Díaz, comentó en la red social LinkedIn que tomó una decisión crucial a la hora de realizar su trabajo. En los subtítulos, sea cual fuere el idioma predeterminado, las Islas se traducen como “Malvinas Islands”. “Apenas empecé a trabajar en la traducción al inglés de la serie El Eternauta y vi que Juan Salvo era excombatiente de Malvinas, decidí que iba a traducir “islas Malvinas” como “Malvinas Islands” y no como “Falklands”. Era la única opción viable, no tuve la menor duda. No solo porque jamás se me ocurriría usar en ese contexto y en una producción argentina un nombre que no sea Malvinas, sino además porque sé que ningún argentino, sea real o ficcional, las llamaría de otro modo”, subrayó la traductora. 

En sus palabras, Malvinas “es un tema sensible y muy presente que nos atraviesa en el ámbito político, histórico, cultural y social… Nos asienta en un lado de la historia del que no nos vamos a mover”.  Su decisión, intencional y cero dubitativa (y que para muchos podría considerarse “menor”), cobra especial relevancia en un contexto como el actual. Más aún, con una producción de tal categoría.

Captura de pantalla de El Eternauta.

Y es que El Eternauta no es solo un fenómeno literario y -ahora- audiovisual, sino que debe entenderse como un vehículo de difusión de la historia argentina que tanto nos compete. Revivir la obra de Oesterheld fue, seguramente, todo un desafío; pero basta con una decisión de producción para que se convierta en una inesperado embajador cultural que refuerza un mensaje de memoria y reivindicación. 

En un mundo marcado por tensiones ideológicas, la preservación de la historia y la memoria se vuelve un pilar esencial para la identidad de las naciones. En este contexto, la cultura emerge como una herramienta poderosa para fortalecer el recuerdo colectivo y reforzar valores compartidos. No por nada es considerada el mejor ejemplo de soft power dentro de las Relaciones Internacionales, capaz de influir en las percepciones globales y consolidar la proyección de poder de un Estado más allá de sus fronteras. 

Mientras la disputa por la soberanía de las islas siga vigente, reafirmar la identidad nacional se torna obligatorio. En el imaginario colectivo, las Malvinas deben ser siempre argentinas.

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Valentina Borghi Ponti
Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales (UADE). Docente universitaria, con interés en Defensa, Seguridad Internacional, la geopolítica y los recursos energéticos.

2 COMENTARIOS

  1. Europa quiere iniciar una guerra mundial y para eso se auto agreden entre ellos mismo, su modelo político y social decadente, su economía maltrecha, quieren culpar a Rusia y China de todo, es por eso que en este nuevo mundo con tendencia fascista en muchos gobernantes sobre todo Europeos, Rusia, China y todos los que quieran luchar contra el fascismo, deben alinearse en un fuerza de defensa.

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