El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, advirtió que Washington está dispuesto a retirarse de la mesa de negociaciones con Rusia si no percibe un compromiso genuino de Moscú para avanzar en un acuerdo que ponga fin al conflicto en Ucrania. La advertencia fue realizada durante una entrevista con Fox News el 8 de mayo, en medio de un contexto de estancamiento en las conversaciones indirectas promovidas por actores internacionales.

“Lo que me preocuparía es que concluyéramos que los rusos no están participando en las negociaciones de buena fe. Y si eso sucede, sí, nos retiraremos”, afirmó Vance, subrayando que la paciencia de Estados Unidos tiene un límite.

Ukrainian military’s Grad multiple rocket launcher fires rockets at Russian positions in the frontline near Bakhmut, Donetsk region, Ukraine, Thursday, Nov. 24, 2022. (AP Photo/LIBKOS)

Aunque reconoció que el hecho de que ambas partes hayan intercambiado propuestas constituye “una señal de progreso”, Vance también expresó escepticismo respecto a las intenciones del Kremlin. En particular, criticó la postura inicial de Rusia, a la que calificó de “excesiva”, advirtiendo que Moscú pretende imponer condiciones basadas en una percepción de superioridad militar en el terreno.

“Sabíamos que Rusia pediría demasiado porque su perspectiva sobre el terreno es que están ganando”, explicó Vance. “No queremos que Ucrania se derrumbe. Obviamente, queremos que Ucrania siga siendo un país soberano. Pero Rusia no puede esperar que se le entregue un territorio que ni siquiera ha conquistado todavía”.

Desde su plataforma Truth Social, Trump sostuvo:“Como presidente, mantendré mi compromiso de asegurar la paz entre Rusia y Ucrania, junto con los europeos, y será una paz duradera. Esperemos que se respete un alto el fuego aceptable y que ambos países rindan cuentas por el respeto a la santidad de estas negociaciones directas. Si no se respeta el alto el fuego, Estados Unidos y sus socios impondrán más sanciones”.

La postura estadounidense refleja una doble presión: por un lado, garantizar que Rusia no imponga condiciones irreales en las tratativas; por el otro, evitar que el desgaste prolongado de la guerra erosione aún más el sistema internacional de sanciones y el apoyo interno al esfuerzo bélico.

En paralelo, Europa observa con inquietud el giro discursivo en Washington. Para los aliados de la OTAN, la posibilidad de un repliegue diplomático estadounidense podría significar una mayor fragmentación en la estrategia común frente a Moscú. En este contexto, el margen de maniobra de Ucrania también se reduce, atrapada entre mantener su integridad territorial y responder a presiones externas por un alto el fuego inmediato.

El futuro de las conversaciones sigue incierto. Mientras tanto, sobre el terreno, los enfrentamientos continúan intensificándose en zonas como Donetsk, Zaporiyia y Járkov, sin indicios claros de un repliegue ruso ni señales concretas de una tregua.

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Redacción
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