El portaaviones HMS Prince of Wales, acompañado del destructor HMS Dauntless, zarparon del puerto de Portsmouth el 22 de abril dando comienzo al mayor despliegue estratégico de la Real Armada Británica en 2025. Ambos buques participarán de la Operación Highmast, un ejercicio conjunto de hasta 12 países en el Indo-Pacífico. Reino Unido participa enviando a dos baluartes de su armada, consolidando el segundo despliegue de su grupo del portaaviones.

La participación de Reino Unido en dicha operación refleja el interés del gobierno de Londres de posicionar nuevamente a la Armada como un actor clave en el ámbito naval. A raíz de este hito, indagamos a continuación sobre las causas del detrimento de la Armada Británica y los esfuerzos actuales por apuntalar su desempeño.

¿Por qué se produjo el declive de la Armada Británica?

La Armada Real fue por años una de las flotas más importantes del mundo. Hoy en día, la falta de presupuesto en materia de defensa, y la ausencia de iniciativas de modernización, son las principales causas de su declive.

Drástica reducción del presupuesto asignado a defensa

Según el Daily Mail, durante los meses finales de la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido destinaba más de la mitad de su producto bruto interno al presupuesto militar. En ese entonces, las fuerzas armadas británicas estaban compuestas por casi cinco millones de personas y contaban con un extenso equipamiento militar.

Para 1982, en el contexto de la guerra de las Malvinas, el país todavía mantenía una fuerza considerable con más de medio millón de efectivos y una notable capacidad naval, aérea y terrestre. Bajo el mandato de Margaret Thatcher, el gasto en defensa representaba un 3,5 % del PBI.

Actualmente, esa inversión ha disminuido significativamente: en junio de 2024 apenas alcanza el 2,3 %. Además, el número de efectivos en el Ejército se ha reducido a menos de 76.000 y el total de personal uniformado en todas las ramas de las fuerzas armadas británicas es de aproximadamente 138.000.

Barcos de la Armada Británica en 1939. Créditos: Oscar Parkes/Daily Telegraph/Naval Analyses

Modernización y tareas de mantenimiento, un asunto relegado

La modernización de la flota, aspecto fundamental para garantizar su efectividad y relevancia en el escenario internacional contemporáneo, también es un eje a tener en cuenta a la hora de indagar en el estado actual de la Armada Real.

Durante la Guerra Fría, el Almirantazgo británico argumentó que aún era necesario mantener acorazados tras la Segunda Guerra Mundial para enfrentar amenazas navales reales, especialmente los poderosos buques de superficie soviéticos como los cruceros clase Sverdlov. Las fuerzas aéreas terrestres no eran lo suficientemente confiables para hacerles frente, especialmente en condiciones climáticas adversas o de noche. Por este motivo, los acorazados complementaban a los portaaviones y fuerzas antisubmarinas.

Los buques obsoletos o en desuso fueron paulatinamente retirados, reduciendo significativamente las capacidades de esta rama de las fuerzas británicas. En términos de la información brindada por el medio Navy Lookout, perdió al menos dieciséis unidades importantes, tales como buques de desembarco HMS Albion y HMS Bulwark; los submarinos de ataque HMS Trenchant y HMS Talent; y las fragatas antisubmarinas HMS Westminster y HMS Northumberland, por citar algunos ejemplos.

Durante el mismo periodo se incorporaron solo unas pocas plataformas nuevas: el submarino de ataque HMS Anson, el buque RFA Proteus, RFA Stirling Castle, y la plataforma experimental XV Patrick Blackett. Esta asimetría entre bajas e incorporaciones ha generado preocupación sobre la capacidad operativa actual y futura de la fuerza.

Reino Unido apuesta por revitalizar su poderío naval

2025: El gobierno anuncia inversión sostenida en defensa

Siguiendo la tendencia europea, el Reino Unido anunció en febrero 2025 la mayor inversión sostenida en defensa desde la Guerra Fría, con el objetivo de revertir décadas de debilitamiento progresivo en sus capacidades militares, incluida su flota naval. Según lo informado por el gobierno británico, el gasto en defensa alcanzará el 2,5% del PBI a partir de abril de 2027, con la meta de llegar al 3% en el próximo parlamento, como parte de una respuesta estratégica a las amenazas híbridas y la competencia geopolítica en ascenso​

De adelante hacia atrás: HNLMS Evertsen, JS Izumo, HMS Defender, HMS Queen Elizabeth, HMCS Winnipeg, JS Ise, RFA Tidespring. El Grupo de Ataque de Portaaviones 21 de la Marina Real del Reino Unido (UK Royal Navy Carrier Strike Group 21), compuesto por el HMS Queen Elizabeth, HMS Defender, RFA Tidespring y HNLMS Evertsen, navega junto a los buques japoneses JS Izumo y JS Ise, y el buque canadiense HMCS Winnipeg en el océano Pacífico, septiembre de 2021. Créditos: Ministerio de Defensa del Reino Unido/AP

El cambio de dirección del gobierno de Londres con respecto a la defensa se vio reflejado en un esfuerzo continuo por ampliar y modernizar sus recursos navales. En este sentido, los reportes del medio Zona Militar destacan la construcción del primero de los nuevos submarinos nucleares de misiles balísticos clase Dreadnought, trabajos de extensión de vida útil y modernización de la última fragata Tipo 23, y la adquisición de nuevos vehículos de superficie no tripulados para el combate contra minas navales.

Esta renovación estructural no solo pretende recuperar el poderío disuasivo británico, sino también impulsar el desarrollo industrial y tecnológico a través de la nueva Estrategia Industrial de Defensa, promoviendo empleos y capacidades en áreas como inteligencia artificial, ciberdefensa, misiles y diseño naval.

Operación Highmast, presencia disuasiva, y proyección global

En concordancia con los datos brindados por la Armada, la operación tiene tres objetivos principales: declarar plenamente operativos a los portaaviones de la clase Queen Elizabeth junto con todos sus componentes, reafirmar el compromiso del Reino Unido con la OTAN y contribuir activamente a la seguridad y prosperidad internacionales.

En la misma línea, el comodoro James Blackmore, comandante del grupo de portaaviones del Reino Unido, afirmó que el despliegue “respaldará que el Reino Unido es un país seguro en casa y fuerte en el extranjero, y reforzará nuestro compromiso con la región del Indo-Pacífico”.

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