La tensión entre India y Pakistán ha alcanzado su punto más álgido en años tras el ataque terrorista ocurrido en Pahalgam, Cachemira, que dejó al menos 26 turistas muertos. En respuesta, la Armada de la India publicó imágenes aéreas del portaaviones INS Vikrant acompañado de unidades de escolta navegando por el mar Arábigo en dirección noroeste, en un movimiento interpretado por analistas como una demostración de fuerza hacia su vecino y rival nuclear, Pakistán.
Las imágenes, difundidas a través de las redes sociales oficiales de la Armada india, muestran a la flota avanzando frente al histórico fuerte de Sindhudurg, al sur de Mumbai. La publicación fue acompañada del lema “Fleet in Formation – Force in Action”.

La escalada se da en el marco de un recrudecimiento de los enfrentamientos armados a lo largo de la Línea de Control (LoC), la frontera de facto entre ambos países en la región de Cachemira. Fuentes militares indicaron que se produjeron intercambios de disparos entre tropas indias y paquistaníes, con al menos dos civiles heridos en el área de Bandipora.
La matanza en Pahalgam fue adjudicada por el grupo The Resistance Front (TRF), considerado un brazo de la organización terrorista pakistaní Lashkar-e-Taiba. El grupo argumentó que el objetivo del atentado era evitar la supuesta colonización de la región por parte de hindúes. La policía india ha ofrecido una recompensa de dos millones de rupias por información que conduzca a la captura de tres sospechosos vinculados al ataque.
El hecho generó reacciones inmediatas tanto en Nueva Delhi como en Islamabad. El primer ministro indio, Narendra Modi, prometió una cacería global contra los responsables: “India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista, sus operadores y sus cómplices. Los perseguiremos hasta los confines del mundo”.

Por su parte, el gobierno de Pakistán negó rotundamente cualquier implicación en los hechos. El primer ministro Shehbaz Sharif calificó de “infundadas e ilógicas” las acusaciones, mientras que el ministro de Defensa, Khawaja Asif, declaró a Al Jazeera que la línea de control está fuertemente custodiada, por lo que es “imposible” una infiltración desde su lado.
El conflicto diplomático se agravó aún más cuando India suspendió unilateralmente su participación en el Tratado de Aguas del Indo, un acuerdo vital para el suministro hídrico de Pakistán. Como respuesta, Islamabad cerró su espacio aéreo a aerolíneas indias y detuvo proyectos de irrigación claves. El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores pakistaní, Shafqat Ali Khan, advirtió que cualquier incursión será respondida: “Pakistán está completamente preparado para defender su soberanía y su integridad territorial ante cualquier aventura”.
El despliegue del INS Vikrant —una de las joyas estratégicas de la Armada india— junto con ejercicios de lanzamiento de misiles desde destructores guiados, simboliza una clara advertencia de Nueva Delhi ante lo que considera una agresión inaceptable. No obstante, desde Naciones Unidas se ha pedido “máxima moderación” a ambas partes, temiendo una nueva guerra entre dos potencias nucleares que ya han librado tres conflictos desde 1947.
En paralelo, el Jefe del Ejército indio, General Upendra Dwivedi, visitó Pahalgam para revisar las condiciones de seguridad en la zona. En tanto, medios locales reportan una intensificación en los operativos de seguridad y la detención masiva de sospechosos con supuestos vínculos con el atentado.
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Imagen de portada utilizada con fines ilustrativos. Fuente: Ministerio de Defensa de India.