De acuerdo a informes recientes, China está avanzando a paso firme en el control estratégico del Pacífico a través de múltiples proyectos de infraestructura y comunicaciones en ubicaciones clave de la región. Este despliegue de la proyección china en el Pacífico podría anular el accionar de EE.UU. y sus aliados en caso de un conflicto armado, aumentando las tensiones entre Washington y Pekín. En este contexto, países de la región podrían replantearse su alineamiento con EE.UU., inclinando el equilibrio de poder regional a favor de China.
Puertos, pistas, y redes de comunicación: pilares de la expansión china
El gigante asiático va camino a la creación de un complejo sistema logístico cívico-militar en el Pacífico. Los proyectos se extienden a lo largo de 4.800 kilómetros, desde Papúa Nueva Guinea hasta Samoa, acercándose al territorio estadounidense de Samoa Americana.
Redes logísticas en el Pacífico Sur, construidas en su mayoría por empresas estatales chinas vinculadas al sector de defensa, fueron desarrolladas con bajo perfil, sin despertar sospechas de los adversarios de Pekín en la región. Hoy en día se consolidan como vehículos de influencia y proyección del gobierno de China.

Según el informe del proyecto Sinopsis, dependiente de la Universidad de Praga, el crecimiento de este sistema data de las últimas dos décadas. En este lapso, China brindó préstamos otorgados por el estado, que habrían incumplido con los estándares globales de la asistencia oficial para el desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés), despertando sospechas en el destino de estos fondos.
“Southern Link”, la iniciativa china para conectar Asia y Sudamérica a través de centros estratégicos de infraestructura en el Pacífico
La misma investigación expone uno de los planes más ambiciosos de china en el sur global: la creación de un enlace sur, conectando Asia y América del Sur por medio de nodos de infraestructura. El control de puertos, pistas de aterrizaje y sistemas de telecomunicaciones en el Pacífico podría tener un uso dual, permitiendo tanto el tránsito y la logística como la proyección de influencia en el llamado “patio trasero” de Estados Unidos.

Hasta febrero de 2025, 21 países de América Latina y el Caribe se han adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, entre ellos 9 naciones sudamericanas: Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. La construcción del mega puerto Chancay en Perú, el primer puerto chino en América Latina, es un emblema del “Southern Link”, permitiendo reducir de 40 a 28 días el tiempo de transporte entre país sudamericano y China.
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