Turquía estaría evaluando la construcción de una nueva base militar en territorio sirio como parte de una estrategia de largo plazo orientada a reforzar la estabilidad regional y apoyar al gobierno interino liderado por Ahmed Al-Sharaa. La instalación estaría destinada principalmente al entrenamiento de las fuerzas armadas sirias y representaría un nuevo capítulo en la creciente implicación de Ankara en el escenario post-Assad.
De acuerdo a información difundida por la agencia estatal Anadolu y citada por medios especializados en defensa, esta iniciativa surgió tras una reunión de alto nivel llevada a cabo en Jordania el pasado 9 de marzo. El encuentro reunió a representantes de Turquía, Irak, Líbano y el país anfitrión, con el foco puesto en la evolución del conflicto sirio y las oportunidades de cooperación multilateral.

Según fuentes del Ministerio de Defensa turco, la propuesta fue solicitada por el propio presidente interino sirio, Al-Sharaa, quien encabeza un gobierno provisional instalado tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre pasado. Durante el cónclave se habría alcanzado un consenso para establecer un centro de operaciones conjunto entre las naciones involucradas, con el fin de coordinar esfuerzos de estabilización y seguridad.
El comunicado oficial señala que “preservar la integridad territorial de Siria, extender la autoridad estatal del nuevo gobierno a todo el país y establecer la estabilidad y la seguridad son de gran importancia para Ankara”. En esa línea, se destacó que Turquía continúa evaluando la instalación de una base de entrenamiento, la cual estaría alineada con las necesidades del nuevo gobierno sirio.
Actualmente, Turquía ya mantiene una presencia significativa en el norte de Siria, especialmente a través del respaldo logístico y militar al Ejército Nacional Sirio (SNA), una fuerza opositora a los remanentes kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), aliadas con Occidente. En los últimos meses, el SNA ha lanzado ofensivas bajo la denominada “Operación Amanecer de la Libertad”, que ha intensificado el conflicto con las FDS, particularmente en zonas clave del norte sirio.

El eventual establecimiento de una nueva base militar ampliaría la influencia de Turquía en el terreno y consolidaría su rol como actor central en la reconstrucción del país vecino. Esta estrategia responde también a intereses nacionales turcos, como el retorno de los millones de refugiados sirios que cruzaron la frontera durante la guerra civil y la contención de las milicias kurdas vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización considerada terrorista por Ankara.
En paralelo, Turquía ha manifestado su disposición a contribuir en la rehabilitación de la infraestructura siria, incluyendo redes de transporte y telecomunicaciones. La colaboración se enmarca dentro de los esfuerzos diplomáticos que buscan normalizar la situación en Siria y facilitar su reincorporación progresiva al sistema internacional.
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