Habiendo iniciado la temporada de pesca del calamar en aguas del Atlántico Sur, una vez más gana relevancia la posición del gobierno ilegítimo de Malvinas respecto a la desmedida habilitación de licencias y beneficios arancelarios, y como esto ha generado un elevado riesgo para la sostenibilidad de los recursos ictícolas en la región.

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Con el inicio de cada temporada de pesca, particularmente del calamar, decenas de buques enarbolando las banderas de España, Taiwán y Corea del Sur operan en aguas del Atlántico Sur, frente a la Argentina, con el visto bueno del gobierno ilegítimo de Malvinas. Los beneficios económicos, USD 350 millones de dólares en el 2022 tras superar las 100.000 toneladas, han sido uno de los promotores a la hora de que las autoridades ilegítimas otorgaran de manera desmedida las habilitaciones de pesca.

Vale recordar que en el 2022, el Departamento de Recursos Naturales del gobierno ilegítimo de Malvinas resolvió favorablemente a la hora de autorizar sociedades mixtas constituidas entre armadores gallegos y locales. Esto último derivó en la concesión de nuevas licencias de pesca a la flota española proveniente de Galicia, autorización que habilitó a faenar en aguas del Atlántico Sur durante los próximos 25 años.

Sin embargo, los efectos adversos de la sobrepesca y factores naturales han tenido una notable incidencia negativa en las últimas temporadas, dejando expuesto el riego que representa la flota habilitada desde las Islas para la sostenibilidad de los recursos ictícolas del Atlántico Sur.

En septiembre del 2024, la revista Science se hizo eco de los resultados de las evaluaciones de stock realizadas en julio del año pasado, ocasión en la cual se registró que la población de calamar Patagónico o Loligo había caído por debajo de un umbral clave de 10.000 toneladas. Posteriormente, otra evaluación realizada en agosto informó “un mínimo sin precedentes”, lo que llevó al Departamento de Pesca del gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas a cancelar la temporada. “…En agosto de 2023, todos los barcos estaban pescando en un área pequeña, probablemente una señal de que la población estaba agotada…”, expresó Alexander Arkhipkin, científico de Fisheries New Zealand, a la publicación científica.

Por su parte, en octubre del 2024, el portal SeafoodSource dejó en evidencia la preocupación de las autoridades de las islas luego de que el secretario ejecutivo de la Asociación de Compañías Pesqueras local expresara que “…El cierre temprano de la segunda [temporada] el año pasado (por 2023) y el hecho de que la segunda temporada de este año (2024) nunca se haya abierto significa que estamos en tiempos desconocidos y sin precedentes…Las Malvinas dependen absolutamente de la industria pesquera, que es responsable de [alrededor del] 60 por ciento del PIB…”.

Con esta sobre-explotación promovida por el gobierno ilegítimo de Malvinas, sumado a la masiva flota de buques pesqueros que operan más allá de la Milla 200 de la Argentina, la conservación de los recursos del Atlántico Sur es una misión casi imposible. Los esfuerzos argentinos, limitados en recursos y capacidades, poco pueden hacer frente a la voracidad de estas flotas, las cuales operan únicamente para alcanzar los máximos beneficios económicos, dejando de lado la idea de que los recursos de las aguas del Atlántico Sur son finitos.

Foto: Zona Militar

Imagen de portada ilustrativa. Créditos: Zona Militar

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Redacción
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