La publicación de un reciente proyecto periodístico, coordinado por el Centro Latinoamericano de Investigaciones Periodísticas (CLIP), permitió que una serie de mecanismos de represión del gobierno venezolano salieran a la luz. Esta investigación recopila rastros y reconstruye hechos registrados en internet a partir de las elecciones presidenciales en Venezuela, y elaboró un informe con análisis de decenas de cuentas pro Maduro. En sus conclusiones sobre la represión y manipulación colaborativa entre usuarios y agencias gubernamentales, se aprecian los mecanismos llevados a cabo.
La investigación periodística recabó datos e información sobre hechos registrados en Internet a partir del 28 de julio, fecha desde la que se han registrado 1.824 detenciones hasta el 25 de octubre, según la organización Foro Penal. Allí, “reporteros e investigadores digitales de 15 medios y organizaciones de América Latina investigaron colaborativamente la circulación de información falsa y la manipulación de la conversación pública en medios digitales”.
El informe se enmarca en las declaraciones de la Misión de Verificación de Naciones Unidas, la cual documentó conductas estatales constitutivas de crímenes de lesa humanidad tras las elecciones. Entre ellas, se incluyen “ejecuciones extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias como parte de una acción generalizada y sistemática contra la población civil, en cumplimiento de una política estatal de silenciamiento, desaliento y asfixia de la oposición”.
La designación de la oposición
La investigación de CLIP recopiló la forma en la que “la oposición” a perseguir fue designada por el gobierno de Maduro y sus usuarios de Internet. Principalmente, se destaca la categorización de “líderes guarimberos”, como todos aquellos contrarios al régimen y calificados de “terroristas”. Decenas de jóvenes, dirigentes políticos, líderes sociales y comunitarios, así como también observadores electorales o manifestantes, fueron catalogados de tal forma.
De esta manera, los “cazadores”, vinculados al oficialismo venezolano, se organizaban para exponer los datos de tales personas en redes sociales y “doxxearlos”. Son múltiples los casos que sufrieron una filtración masiva de sus datos personales en el marco de la “Operación Toc Toc”. Esta es la forma en la que el Madurismo calificó la campaña generalizada de detenciones, arbitrarias según organismos internacionales de Derechos Humanos.
Esta operación se enmarca en una interacción constante entre actores estatales y esfuerzos colectivos de doxing (término técnico para hablar de la difusión de datos personales en internet sin consentimiento de las personas). Para muchos es considerado una “política de terrorismo de Estado” donde cualquier persona “sospechosa queda a merced del capricho y la arbitrariedad de cualquier cuerpo policial”.
Telegram como canal de persecución opositor
La principal promoción de estas ideas se lleva a cabo a través de Telegram, donde los primeros indicios fueron hallados en el canal @CazaGuarimbas. Allí se exponía a los opositores detrás de la consigna: «NO AL FASCISMO. NO A LA VIOLENCIA».
Según el análisis de CLIP, Telegram es una de las principales plataformas desde las que se articuló esta campaña de persecución. Aunque ahora fue borrado, @CazaGuarimbas fue el primer grupo en Telegram en el que se compartió, de manera organizada y sistemática, información personal de ciudadanos que participaron en las protestas contra Maduro.
La primera publicación se realizó el 30 de julio de 2024 a la 01:11 a.m. hora de Venezuela y, en apenas segundos, fue reenviada por uno de sus administradores a @CpnbDaet, el canal oficial de Telegram de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET) del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB). Los mensajes aumentaron entre el 30 y el 31 de julio, determinando que este canal funcionaba como una especie de auxiliar donde la DAET centralizaba las acusaciones.
El canal de Telegram @CazaGuarimbas fue publicado en la aplicación móvil CC200, un sistema interno de organización electoral en línea del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), “para denunciar acciones terroristas, fascistas (guarimbas) en cualquier parte del territorio nacional”. En un par de días, el canal de Telegram sumó más de 21.000 seguidores, y luego comenzó a crecer otro canal llamado @SeBuscan, recibiendo informes sobre manifestantes en las calles.
Ambos estaban vinculados a la subestructura de la Policía Nacional Bolivariana, por lo recibían información certera de los “terroristas”. La forma de hacerlo era enviando una fotografía, un vídeo, nombres y apellidos, familiares o lugares de trabajo, también domicilios o números de teléfono.
“Plataformas del terror”
En paralelo, otras partes de internet comenzaron a ser utilizadas por parte de la estrategia nacional de Venezuela en contra de los “guarimberos”. Se encontraron cientos. de piezas de contenido del tipo de Telegram en plataformas como TikTok, Facebook, Instagram y X, por ejemplo.
En TikTok se difundió una estrategia de rebranding de la «Operación Tun Tun», mientras que en Facebook se filtraban contenidos reciclados de Telegram. Las imágenes de «Se Busca» y los videos fueron compartidos por cuentas personales, grupos políticos e instancias de participación comunitaria como los Consejos Comunales y las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBch). En Instagram se registró la difusión de contenidos intimidatorios en cuentas oficiales de la DAET.
La investigación de CLIP recopiló 101 cuentas y cerca de 400 publicaciones en estas plataformas para realizar el análisis de estos mecanismos de persecución política. Concluyeron en que las palabras más utilizadas fueron «Se Busca» y «Tun Tun», luego «en el estado», «Guarimbas», “guarimberos”, “terrorismo”, “terroristas” aparecen como acusaciones frecuentes.
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