En medio de una escalada de tensiones en Medio Oriente, Israel ha fortalecido su presencia militar en el sur del Líbano como respuesta a los recientes ataques con misiles lanzados por Irán. El enfrentamiento, que también incluye al grupo terrorista Hezbolá, ha generado preocupación a nivel internacional debido a la posibilidad de que la región se vea envuelta en un conflicto más amplio.
El ejército israelí anunció que unidades regulares de infantería y fuerzas blindadas se unieron a las operaciones en Líbano, con el objetivo de incrementar la presión sobre Hezbolá. Entre las fuerzas desplegadas se encuentran la Brigada Golani, la 188ª Brigada Blindada y la 6ª Brigada de Infantería, todas pertenecientes a la 36ª División de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Este movimiento parece indicar que las operaciones podrían extenderse más allá de las incursiones limitadas previamente realizadas, con el objetivo de destruir túneles y otras infraestructuras clave en la frontera. Las autoridades israelíes han aclarado que, por el momento, no existen planes para una operación más extensa que incluya la capital libanesa, Beirut, o las principales ciudades del sur del país.
La situación se agravó luego de un ataque masivo de Irán con misiles balísticos contra territorio israelí, el cual fue descrito por Teherán como su mayor agresión hasta la fecha en represalia por los recientes ataques israelíes que habrían resultado en la muerte de líderes militantes, incluido el jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah. Si bien Irán ha declarado que su ofensiva concluyó salvo nuevas provocaciones, tanto Israel como Estados Unidos han advertido sobre la posibilidad de una respuesta contundente.
Escalada en la frontera y nuevos enfrentamientos
A pesar de los llamados internacionales al cese de hostilidades, los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá continúan en la frontera entre ambos países. Hezbolá informó de enfrentamientos con tropas israelíes en la ciudad fronteriza de Maroun el-Ras, asegurando haber repelido a las fuerzas israelíes en otra localidad cercana. Además, el grupo afirmó haber disparado cohetes contra puestos militares dentro de Israel. Según el portavoz de Hezbolá, Mohammad Afif, estos choques representan solo “la primera ronda”, y afirmó que el grupo cuenta con los recursos necesarios para prolongar la lucha.
Por su parte, Israel bombardeó el miércoles los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, con más de una docena de ataques aéreos dirigidos contra lo que describió como objetivos estratégicos del grupo.
Reacciones internacionales y temores de escalada
El ataque de Irán fue descrito como una represalia por los recientes asesinatos de líderes militantes en Líbano y Gaza, incluidos Ismail Haniye, líder de Hamás, y Hasan Nasrallah, de Hezbolá, ambos aliados cercanos de Teherán. Aunque el asalto causó daños mínimos y la mayoría de los misiles fueron interceptados por las defensas aéreas israelíes, el evento ha aumentado la tensión en toda la región. El ejército israelí, respaldado por Estados Unidos, activó una serie de sistemas de defensa, logrando neutralizar la mayor parte del ataque.
En respuesta a la creciente preocupación internacional, China ha instado a las potencias mundiales a desempeñar un papel activo para evitar una mayor escalada del conflicto, mientras que Arabia Saudita ha abogado por el diálogo y la desescalada. Por su parte, Egipto ha condenado la “peligrosa” escalada israelí en el sur del Líbano, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de violar la soberanía del país vecino.
Washington ha sido categórico en su apoyo a Israel, advirtiendo a Irán sobre las “graves consecuencias” que enfrentará si continúa con sus ataques. Se ha informado que una posible represalia en los próximos días podría incluir ataques a infraestructuras críticas iraníes, como instalaciones petroleras, en un intento por neutralizar las capacidades ofensivas del régimen de Teherán.
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