Las elecciones presidenciales de México se definirán el próximo 2 de junio de 2024, con Claudia Sheinbaum, de la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia, y Xóchitl Gálvez, de la alianza opositora Fuerza y Corazón por México, como principales candidatas. Esto representa un momento histórico para el país, no solo por la posibilidad de tener su primera mujer presidenta, sino también por el contraste entre sus visiones y propuestas para el futuro.
Luego de que ocho aspirantes independientes quedaran fuera de los comicios por no obtener el número de firmas necesario, equivalente al 1% del electorado, ambas candidatas son las favoritas en la carrera presidencial. Solo un tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, del Movimiento Ciudadano, compite con ellas, aunque figura mucho más abajo en las encuestas.
En cuanto a las plataformas electorales que están sobre la mesa de discusión en México, las propuestas de Sheinbaum incluyen continuar y ampliar los programas sociales del actual gobierno, con un fuerte enfoque en la sostenibilidad ambiental y la justicia social. Además, promete profundizar en las reformas energéticas para hacer de México un líder en energías renovables y seguir combatiendo la desigualdad a través de la inversión en educación y salud pública.
Por su parte, Gálvez centra su campaña en ejes como la innovación tecnológica y el empoderamiento económico. En línea con esto, propone un gobierno más eficiente y transparente, con políticas que impulsen la economía digital y la inclusión financiera. Su experiencia en el sector privado y su enfoque tanto en la reducción de la pobreza como el fortalecimiento de la economía rural y urbana son pilares de su plataforma electoral.