El presidente chino, Xi Jinping, arribó a Europa para su primera gira al continente tras cinco años, con el objetivo de mejorar los lazos por la guerra entre Rusia y Ucrania y mitigar el impulso del continente para “eliminar el riesgo” de su país. La visita incluirá escalas en Francia, Serbia y Hungría, países que mostraron cierta afinidad hacia China en el pasado, pero que también comparten preocupaciones con respecto a sus políticas económicas y militares.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibe a Xi Jinping en su primera gira en Europa tras cinco años. Foto: Financial Times.

En este sentido, la última vez que Xi visitó Europa fue en el año 2019, cuando las actitudes hacia China eran mucho más favorables. Un momento en el cual todavía no habían impactado negativamente factores como la pandemia de COVID-19, la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, y los vehículos eléctricos chinos inundado los mercados europeos. Además, en una señal de la influencia económica y geopolítica de China en ese momento, Italia acababa de convertirse en la primera nación del G-7 en unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).

Sin embargo, desde entonces las relaciones se fueron deteriorando paulatinamente. En este contexto, expertos como Yu Sun, director del programa de China en el Centro Stimson, sugieren que Xi buscará “gestionar el daño que se ha hecho a la relación debido a la posición china en la guerra rusa en Ucrania”. Asimismo, Yun Sun señaló: “Francia, Serbia y Hungría son los tres países que probablemente sean más pro-China en Europa. China quiere mantener la afinidad con Europa”.

En busca de una imagen positiva

Con la visita de Xi, China busca proyectar una imagen más positiva, anunciando a través de sus medios estatales que las visitas de Estado representan oportunidades para “abrir nuevos capítulos de solidaridad y cooperación” y revitalizar los lazos con la Unión Europea. Según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, las relaciones entre China y la UE han experimentado un sólido impulso de progreso constante, lo que beneficia a ambas partes.

Además, el momento de cada parada de Xi tiene un simbolismo especial: el año 2024 marca el 60º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Francia, así como el 75º aniversario de las relaciones diplomáticas con Hungría. En el caso de Serbia, se espera que la visita coincida con el 25º aniversario del bombardeo estadounidense de la embajada china en Belgrado.

Primera parada: Francia

Durante el inicio de la visita del presidente Xi Jinping a París, tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como la jefa de la Comisión de la UE, Úrsula von der Leyen, hicieron un llamado a China para que garantice un comercio más equilibrado. Macron expresó la necesidad de resolver las dificultades estructurales en las relaciones entre Europa y China, especialmente en lo que respecta al comercio.

Durante el encuentro en el Palacio del Elíseo, Macron destacó la importancia de desarrollar una relación más equilibrada con China para el futuro del continente, de acuerdo a lo revelado por Reuters. Mientras que por su parte, Von der Leyen fue más enérgica al señalar que la relación se vio afectada por el acceso desigual al mercado y los subsidios estatales chinos. Afirmó que la Unión Europea no puede permitirse absorber la sobreproducción de bienes industriales chinos que inundan su mercado y que tomará decisiones difíciles para proteger su mercado.

El Jefe de Estado chino, en sus comentarios previos a las conversaciones, consideró las relaciones con Europa como una prioridad de la política exterior china y abogó por el compromiso continuo con la asociación. Las imágenes captadas muestran que Macron y Xi se estrecharon la mano en el Palacio del Elíseo.

Fuente: Foreing Policy Magazine

Redacción
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