Estados Unidos y México anunciaron un acuerdo para abordar la inmigración ilegal en la frontera entre ambos paises. El mismo surge tras conversaciones entre el presidente Joe Biden y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en medio de crecientes preocupaciones sobre el flujo masivo de inmigrantes y su impacto en la política interna de Estados Unidos de cara a las elecciones de noviembre.
Mediante un comunicado oficial, la Casa Blanca reveló que ambos líderes acordaron implementar medidas concretas a corto plazo para reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares y proteger en simultaneo los derechos humanos. Además, se comprometieron a abordar las causas profundas de la migración y “fortalecer la eficiencia operativa en la frontera compartida” con el fin de “mejorar la seguridad y prosperidad de los ciudadanos de ambos países”.
Aunque no se dieron detalles respecto a las medidas específicas discutidas, se especuló sobre la posibilidad de que Biden utilice sus facultades ejecutivas, como la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, para abordar la situación en la frontera. La misma otorga al presidente un amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes si ello fuera “perjudicial” para el interés nacional.
Sin embargo, aunque el Gobierno de Biden analizó si se puede aplicar esta disposición al superarse cierto número de cruces ilegales, cualquier acción unilateral enfrentaría desafíos legales y políticos. Especialmente sin el respaldo de una modificación legal.