Irán culpó a Israel del ataque contra su consulado en Damasco, que dejó varios diplomáticos y asesores militares muertos, y advirtió que este “crimen injusto” no quedará sin respuesta. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, afirmó que su país se vengará del Estado judío por el ataque que, según Teherán, fue perpetrado mediante misiles lanzados por cazas israelíes F-35.
El bombardeo del lunes por la tarde alcanzó el edificio consular adyacente a la embajada iraní en la capital siria, destruyendo ventanas y dejando montones de escombros con la bandera iraní ondeando. Entre los fallecidos se encontraba el general de brigada Mohammad-Reza Zahedi, prominente comandante de la Guardia Revolucionaria y ex jefe de las fuerzas iraníes en Líbano y Siria entre 2008 y 2016.
Según el embajador iraní en Damasco, Hossein Akbari, entre cinco y siete diplomáticos y asesores militares perdieron la vida en lo que calificó como un “atroz” ataque israelí contra instalaciones oficiales de su país. “Por primera vez, el régimen sionista se atrevió a atacar un edificio oficial de la embajada que portaba la bandera de Irán”, denunció Akbari, advirtiendo que la respuesta iraní se dará “en el momento y lugar apropiados”.
Este incidente marca una grave escalada en el conflicto de baja intensidad que libran Israel e Irán, cuyas fuerzas y milicias aliadas se enfrentan en varios frentes de Medio Oriente. Sólo en lo que va de año, al menos seis miembros de la Guardia Revolucionaria y un asesor han muerto en tres presuntos ataques israelíes contra objetivos vinculados a Teherán en Siria.
¿Quién otro podría ser? Es una cuestión obvia.