El Sistema Internacional está modificándose, a medida que Occidente se enfrenta en varios frentes de batalla, China parece estar reconfigurando una alianza militar a vistas de una posible confrontación con, buscando aliados clave como Rusia y Corea del Norte. Este realineamiento estratégico plantea preguntas sobre la estabilidad global y la dinámica geopolítica emergente.

Hasta hace poco, China mantenía una posición de superioridad con Corea del Norte, tratando al líder Kim Jong-un con indiferencia y desestimando al país como una entidad de baja relevancia. Sin embargo, la situación ha cambiado, y China ha intensificado sus relaciones con Rusia y Corea del Norte, sugiriendo una nueva dinámica en el escenario mundial.

Durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Uzbekistán en septiembre de 2022, el presidente chino Xi Jinping, marcando su dominio sobre la situación, mostró un trato más equitativo al presidente ruso Vladimir Putin. Este cambio propone un esfuerzo conjunto para contrarrestar la presión occidental, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania.

Los distintos frentes de batalla

Moscú, enfrentando desafíos económicos y sanciones occidentales, ha fortalecido sus lazos comerciales con Pyongyang. La industria armamentística y espacial norcoreana ha recibido un impulso significativo a través del intercambio de material bélico por tecnología rusa. Esto resalta las debilidades en la capacidad de producción de la industria de defensa rusa, especialmente en la producción de munición.

El déficit de producción de munición también afecta a la OTAN, revelando debilidades en la preparación militar europea y la dependencia de Estados Unidos. China, enfrentando crecientes tensiones con Estados Unidos, busca aliados estratégicos y ha iniciado la construcción de alianzas militares, destacando a Rusia y Corea del Norte como socios clave en su nueva estrategia.

Aunque la relación entre China y Rusia ha estado marcada por la desconfianza, ambas naciones comparten a Estados Unidos como un enemigo común. China, en particular, parece haber reconsiderado su posición y ve con interés una posible guerra en Europa como ventajosa para sus objetivos estratégicos.

El reposicionamiento de Corea del Norte

En este posible escenario, Corea del Norte, con su posición estratégica y un ejército considerable, podría abrir un segundo frente en el Pacífico, impulsado por un sentimiento antiamericano arraigado en Pyongyang. La convergencia de China, Corea del Norte y Rusia plantea interrogantes sobre la estabilidad del sistema internacional construido sobre la Pax Americana.

La posibilidad de una guerra en el Pacífico y un conflicto más amplio en Europa se vislumbra cada vez más. La debilidad percibida en la preparación militar europea y la dependencia de Estados Unidos subrayan la necesidad de un cambio en el statu quo. Los llamados a una coordinación más fuerte en defensa entre los principales países europeos se multiplican, buscando aumentar la eficacia y credibilidad ante posibles amenazas.

Mientras la atención se centra en Europa, la verdadera amenaza para la libertad sigue estando en el Pacífico. Afortunadamente, Estados Unidos cuenta con aliados dispuestos a fortalecer sus fuerzas militares en la región, incluyendo a Japón, Corea del Sur, Australia, Vietnam y Filipinas, que reconocen la urgencia de prepararse para desafíos potenciales.

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Redacción
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