En la región sudamericana, el litio emerge como un recurso estratégico, siendo esencial para las baterías de vehículos eléctricos y la transición hacia energías más limpias. Sin embargo, los tres principales productores de litio, Chile, Argentina y Bolivia, enfrentan desafíos significativos que moldearán el futuro de esta industria.

Competencia en el “Triángulo del Litio”

En el escenario actual, el “Triángulo del Litio”, conformado por Chile, Argentina y Bolivia, experimenta una intensa competencia en la carrera por la supremacía en la producción de litio. Chile, históricamente líder en la extracción de carbonato de litio, se enfrenta a una amenaza real debido al avance significativo de Argentina y las inversiones considerables que Bolivia ha logrado atraer.

La falta de nuevos proyectos en Chile ha debilitado su posición en un mercado que demanda una oferta constante y creciente. Argentina, por otro lado, ha adoptado un enfoque descentralizado y ágil en la regulación provincial, atrayendo inversores y acelerando su producción de litio. Este cambio en la dinámica competitiva está redefiniendo la geopolítica de la industria del litio en la región y plantea desafíos importantes para Chile, que busca mantener su liderazgo.

Argentina: acelerando el paso

Argentina emerge como un actor clave en la industria del litio al adoptar una estrategia más ágil y descentralizada. A diferencia de Chile y Bolivia, donde la regulación es más centralizada, Argentina ha permitido que las provincias gestionen los recursos de litio, generando un ambiente empresarial más flexible. Con una producción de 33,000 toneladas de litio en 2022, Argentina se proyecta como el segundo productor de la región y el cuarto a nivel mundial.

El país ha experimentado un rápido crecimiento en el sector del litio, con tres minas operativas, dos proyectos en curso y otros 41 en fase inicial. La flexibilidad en la regulación provincial ha atraído inversiones extranjeras y ha impulsado la economía nacional. Sin embargo, este auge no está exento de desafíos, ya que el impacto ambiental y social de la extracción del litio se vuelve cada vez más relevante. Argentina se encuentra en una encrucijada crucial entre el desarrollo económico y la sostenibilidad.

Bolivia: entre aspiraciones y desafíos

A pesar de poseer los yacimientos confirmados más extensos de litio en el mundo, Bolivia ha luchado por materializar su potencial desde la nacionalización de la industria en 2009. La producción limitada de 600 toneladas de carbonato de litio el año pasado refleja los desafíos técnicos, de infraestructura y de mano de obra que enfrenta Bolivia.

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Recientemente, sin embargo, dos proyectos firmados con empresas chinas y rusas representan un cambio significativo. Estos proyectos, valorados en US$1.400 millones cada uno, apuntan a una producción masiva de 100,000 toneladas de LCE al año para finales de 2025. A pesar de este impulso, Bolivia debe superar la complejidad técnica, la falta de infraestructura y la necesidad de utilizar tecnologías no probadas a gran escala. Mientras aspira a convertirse en un actor principal en la industria del litio, Bolivia enfrenta una travesía desafiante hacia la explotación efectiva de sus vastos recursos.

Desafíos ambientales y la cooperación internacional

El auge del litio en Argentina se enfrenta al desafío del impacto ambiental y social. La descentralización de la regulación ha creado una suerte de “ley de la selva”, generando preocupación por posibles conflictos y desplazamientos. La protesta del Tercer Malón de la Paz subraya la necesidad de una consulta más amplia y respeto por los derechos de las comunidades.

Argentina y Chile han establecido un Grupo de Trabajo Binacional de Litio y Salares, buscando colaboración en experiencia empresarial y desarrollo científico. La entrada de Tesla en Chile y la expansión de proyectos mineros en Argentina indican un crecimiento continuo, aunque el sector enfrenta el desafío de equilibrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental y social.

El futuro incierto del litio

A medida que Chile enfrenta obstáculos regulatorios y Bolivia busca superar desafíos técnicos, Argentina emerge como un actor clave. Su capacidad para capitalizar la corriente de inversión extranjera y gestionar el impacto social y ambiental determinará el papel de Sudamérica en la industria del litio.

Este recurso estratégico, más allá de ser una fuente de energía limpia, se convierte en un indicador de cómo la región manejará la riqueza de sus recursos minerales en el futuro.

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Fuente: Jack Quinn en Americas Quarterly

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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