Durante el día de ayer, la posible futura canciller del Gobierno de Milei, Diana Mondino, se reunió con el embajador de China en Buenos Aires, Wang Wei. Durante el encuentro, el diplomático chino hizo entrega de una carta de Xi Jinping dirigida al presidente electo, mediante la cual expresó su “deseo que bajo su liderazgo el gobierno y el pueblo de su país conquisten nuevos éxitos en la causa de la construcción nacional”.

Por su parte, Javier Milei hizo uso de su cuenta de X para agradecer los buenos deseos del presidente chino y expresó sus deseos de bienestar para el pueblo asiático. En este sentido, cabe preguntarse si este reciente intercambio de mensajes, que deja entrever un cambio en la dinámica de las relaciones entre ambos países, podría sugerir un ajuste en la relación entre Argentina y China bajo el nuevo Gobierno de Milei.

China se encuentra ante un desafío diplomático en América Latina tras la victoria electoral de Javier Milei, un político argentino con posturas libertarias, quien previamente amenazó con romper los lazos con China y tachó a su liderazgo de “asesino”. A pesar de que el comercio bilateral había alcanzado los 26 mil millones de dólares, convirtiendo a China en el segundo socio comercial de Argentina en 2022, Milei expresó su intención de disminuir la dependencia de China debido a las restricciones a las libertades bajo el régimen comunista chino.

Asimismo, la elección del líder libertario plantea incertidumbres sobre si Argentina, con más de 45 millones de habitantes, aceptará una invitación para unirse al grupo BRICS, donde China es la mayor economía y un actor impulsor. En el crítico escenario económico que atraviesa Argentina, los BRICS resultan cruciales para la expansión del comercio y las inversiones, particularmente chinas.

Y siguiendo esta línea, aunque Argentina tiene la segunda economía más grande de América del Sur, después de Brasil, y firmó un acuerdo para cooperar con la ‘Iniciativa de la Franja y la Ruta’ de China en junio de este año, la retórica anti-China de Milei también genera interrogantes sobre el futuro de estas relaciones.

Lo cierto es que el nuevo escenario político que se configura en Argentina debe sortear problemas urgentes y críticos como los referentes a la economía. Es por esto que los recientes intercambios entre Xi Jinping y Javier Milei plantean la posibilidad – o un indicio al menos – de que la postura del político argentino podría girar hacia un pragmatismo en las relaciones bilaterales con China.

Redacción
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